Powered by
Vivimos un momento excepcional. La crisis sanitaria mundial por la COVID-19 ha puesto en primera línea de acción la responsabilidad de la ciudadanía, llamándonos al confinamiento en nuestros hogares y al distanciamiento social cuando, de forma imprescindible, salimos a la calle.
La caña en esa terraza del centro que nos encanta, donde da el sol en invierno y la sombra en verano; el paseo por el parque junto a joggers y perros ávidos de vivir una aventura en su paseo; el olor del mar desde el paseo con la brisa del océano; el aire puro de la montaña y, aún mejor, las vistas desde la cima; los abrazos, los besos y las risas a un unísono real y no a través de la señal electrónica de las llamadas…
Los seres humanos somos seres sociales que necesitamos de la cercanía de nuestros seres queridos y del tiempo en compañía. También, aunque quizá no lo apreciábamos, disfrutábamos inmensamente de las pequeñas cosas como el calor del sol en las mejillas, recibir un paquete que esperábamos o cocinar para invitados en casa.
Ahora que, debido al coronavirus, nos estamos tomando un descanso forzoso de todas esas pequeñas cosas, es momento de demostrar que también sabemos mostrar cercanía en las situaciones más difíciles.
Y así lo estamos haciendo.
Si algo ha puesto de relieve esta crisis que vivimos es que, como sociedad, todo esfuerzo cuenta. Como ciudadanos, estamos demostrando que la unión hace la fuerza que aplanará la curva y que juntos en esta misión para luchar contra el virus, hacemos más.
Pero no es solo cosa de la ciudadanía: las empresas y los agentes sociales han de unirse también a esta misión para combinar actividades y concentrar el impulso que necesitamos para hacer frente a esta emergencia mundial..
Precisamente este tipo de situaciones muestran su lado más cruel con quien más difícil lo tiene, por lo que es tarea de todos responder ante las necesidades de los colectivos vulnerables.
Ya estamos demostrando que nuestra voluntad es la de seguir comunicándonos como nunca y, a la vez, como siempre. Ahora es momento de actuar y tejer una red solidaria en la que podamos poner nuestro granito de arena y cuidar de quien más lo necesita: trabajadores de distribución y logística en supermercados, el personal sanitario de nuestros centros y las personas en riesgo de exclusión cuya situación se vea agravada por el confinamiento.
Las cadenas y superficies de alimentación necesitan del apoyo logístico para seguir dando servicio a la ciudadanía
Son el frente de batalla de esta crisis sanitaria, quienes dedican su vida a cuidar a los enfermos por COVID-19
El confinamiento ha agravado la situación de aquellas personas que no tienen acceso a los servicios básicos
La actual crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha expuesto la cara más fraternal de la ciudadanía y los agentes sociales; la movilización de recursos de todo tipo está facilitando que la ayuda proporcionada llegue a más gente y en tiempo más reducido. Según sea el caso, ha habido compañías que han congelado su actividad, otras que han incrementado la producción por su potencial contribución a combatir la pandemia, y otras que han dado un giro de 180 grados al tipo de productos y servicios que acostumbraban a fabricar antes de que llegara el coronavirus.
Este es el caso de empresas como SEAT, compañía del sector automovilístico que ha pasado de fabricar coches a producir respiradores de emergencia, siempre bajo autorización por el Ministerio de Sanidad. Desde el pasado 5 de abril, Correos ejerce de operador logístico para hacer llegar estos respiradores hasta los centros hospitalarios, comenzando por el Hospital Germans Trias i Pujol, ubicado en Badalona. Gracias a la infraestructura y la capacidad logística de la organización, la iniciativa se ha hecho extensible a todo el territorio nacional, haciendo efectivo el reparto diario y de manera gratuita de más de 300 respiradores para luchar con mayor garantía contra la pandemia.
En esta línea, la colaboración de la empresa pública de transporte y distribución también ha sido expuesta en connivencia con la Dirección General de Trasporte Terrestre. Concretamente, Correos también ha hecho posible la distribución de casi un millón de mascarillas a más de 160.000 transportistas de toda España para protegerlos frente a la COVID-19, evitando así su propagación. Se trata de un colectivo susceptible al contagio dada su enorme exposición durante esta crisis.
Esta iniciativa se está llevando a cabo desde el Centro de Tratamiento Automatizado que Correos posee en el barrio de Vallecas (Madrid), el cual se ha erigido como almacén central permitiendo llegar a los centros zonales. Desde ahí se envían a las 2.395 oficinas de las que dispone Correos para que cualquier transportista pueda recoger su mascarilla en función de su cercanía, incluidas las Islas Canarias y Baleares.
¿Quién cuida de los que nos están cuidando? Eso pensaron los más de 85 restauradores que, al echar el cierre de sus bares y restaurantes, unieron ánimos y montaron #Food4Heroes.
¿Su labor? En un principio, nacieron con el propósito de hacer llegar a los hospitales de la ciudad de Madrid la comida y la cena de todos aquellos trabajadores sanitarios que se están esforzando al máximo para protegernos frente a la pandemia. El éxito fue tal que pronto su labor se extendió a los principales centros de Valencia, Murcia y Barcelona.
Hugo Rodríguez, fundador del grupo de restauración Grosso Napoletano y creador de esta iniciativa, ha sabido sacar el lado más solidario de los hosteleros en pleno parón económico: «Nosotros estamos en un proceso de intentar congelar todo a nivel empresarial para que nuestra actividad vuelva a su cauce lo antes posible. En paralelo, por lo menos tenemos la gran suerte de sentirnos útiles ayudando a través de Food4Heroes para que la situación pase lo antes posible».
Además, es plenamente consciente de que el éxito de la iniciativa se debe a la colaboración de las empresas y los ciudadanos, ya que contar con recursos limitados es un hándicap para ello. «Cada uno de los operadores, restaurantes y marcas que estamos colaborando se financian como pueden y los medios que utilizamos son los que tenemos a nuestro alcance. Aquí sí que le debemos gran parte de la ayuda a Correos por la gran labor que hacen a la hora de ayudarnos a distribuir de manera muy capilarizada todos nuestros productos a los diferentes en concreto, tanto en Madrid como en el resto de ciudades en las que estamos ayudando (BCN, Bilbao, Pamplona, Valencia, Murcia o Málaga)».
Una de las pocas cuestiones positivas de esta crisis ha sido, precisamente, la colaboración desinteresada de empresas y marcas de todo tipo. Estamos viendo que cada una en su ámbito y dentro de sus posibilidades, está contribuyendo a que la situación sea un poco más llevadera. «Está genial que nos olvidemos de nuestros cargos, de quiénes somos, y que todos actuamos como personas que queremos ayudar a salir de esta situación. Y nos olvidamos de tamaño, nos olvidamos de colores, es precioso ver cómo grandes competidores directos en sus sectores, como pueden ser empresas de pizzas o hamburguesas, dialogan y se olvidan de que son competencia porque el único objetivo que tienen es ayudar para salir de esto».
Del mismo modo, la iniciativa #GastroAplauSOS reparte raciones y comida de diferentes restaurantes de Zaragoza para entregarla en los principales hospitales de la capital aragonesa.
Por otro lado, el profesional José Andrés y World Central Kitchen han mostrado también su compromiso a través de #ChefsForSpain. Se trata de una extraordinaria idea para distribuir menús solidarios a los hoteles medicalizados de Madrid, en los que descansa el personal sanitario de la capital cuando no está trabajando al máximo. Esta iniciativa pronto se extenderá a otras ciudades como Barcelona y Valencia.
¿Y cómo llega la comida? Con las restricciones en movilidad vigentes, hacer llegar la comida a su destino solo podía ser tarea de especialistas. Por ello, decenas de carteras y carteros voluntarios de Correos han sido los encargados de repartir los menús en los hospitales y contribuir así al cuidado y bienestar de nuestro personal sanitario.
La crisis ha expuesto más a las personas que, por diferente motivos, están encontrando problemas para ir a realizar su compra habitual: desde ancianos a personas con movilidad reducida, pasando por familias en circunstancias de vulnerabilidad, una parte importante de nuestra sociedad está teniendo problemas para ver llena la nevera.
Para responder a esta situación, Correos ha puesto a disposición de bancos de alimentos y organizaciones como Cruz Roja sus furgonetas de reparto y ha entregado más de 50 toneladas de comida, medicamentos y productos de primera necesidad por toda España, incluyendo zonas de Canarias, Andalucía, Santander o Valencia.
Además, también trabajadores de Correos han dado un paso al frente para servir de nexo entre las personas con impresoras 3D y los hospitales y centros sanitarios, con la distribución de material médico y artículos esenciales como mascarillas y pantallas protectoras hechas en casa por voluntarios.
Correos ha mostrado especial agradecimiento a sus más de 1.000 voluntarios, reconociendo públicamente la gran labor solidaria que están llevando a cabo en estos tiempos difíciles a través de los más de 100 proyectos en los que colabora.
«Para los voluntarios de Correos, el apoyo de la empresa nos está permitiendo movilizar desde los vehículos más grandes hasta las furgonetas habituales de reparto para poder llevar los alimentos desde donde se donan hasta las personas o entidades que los necesitan. Es un símbolo de como las empresas y las personas trabajamos juntas para tratar de hacer más fácil y llevadera una crisis como la que estamos viviendo», declara María Flor Fernández, portavoz de Correos.
Con unos orígenes que se remontan a hace ya más de tres siglos, Correos siempre ha tratado de servir de enlace entre personas y de permitir que la comunicación entre familiares, amigos, trabajadores, empresas… tuviera lugar de la forma más eficiente posible, superando la distancia y los obstáculos que nos han separado.
En esta ocasión, han intentado de nuevo imprimir en su actividad el compromiso del que dispone y la vocación de servicio público que, hoy más que nunca, queda reflejada en el apoyo de sus trabajadores y trabajadoras.
En palabras de María Flor, el mayor reconocimiento es la solidaridad de todos los ciudadanos españoles. «Cuando recibimos el aplauso del personal sanitario al llevarles la comida donada por los restaurantes, o cuando vemos que muchas personas se suman voluntariamente para trasladar alimentos para alguna ONG estamos viendo lo mejor del ser humano y eso es de gran ayuda para saber que al final todo saldrá bien».
También hoy, siguen trabajando para que las cosas importantes sigan en funcionamiento. Por ello, sus actividades esenciales incluyen el servicio postal universal y la entrega de notificaciones administrativas relacionadas con Tributos, Seguridad Social o el estado de alarma.
Juntos lo vamos a conseguir.
Un proyecto de La Razón para