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Esos minutos previos antes de una entrevista de trabajo en los que nos vemos superados por la sudoración, la hiperventilación y la incertidumbre. Una situación en la que tú representas tu propia marca y debes hacer ver al entrevistador cuáles son tus habilidades y tus capacidades, pero también los valores que te distinguen del resto.
Si trasladamos este ejemplo al mundo empresarial, en el que las grandes corporaciones se enfrentan diariamente a multitud de desafíos de índole muy diversa, el cariz cambia. Las empresas necesitan tener presencia y proyectar su imagen en el mercado en el que operan, una imagen que responde a un estilo, unos servicios y, por supuesto, unos valores dentro de la compañía.
Pero también han de representar su recorrido desde su creación, su evolución de futuro para no quedar anclada en el tiempo. El pasado 10 de junio vimos cómo BBVA presentaba su nueva identidad corporativa, demostrando su enorme capacidad para avanzar en la digitalización de sus servicios.
El propósito es inequívoco: poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era, facilitando un servicio personalizado y a la altura de las posibilidades que existen actualmente gracias al desarrollo tecnológico y del propio mercado financiero. Esto le aportará al usuario una propuesta de valor y una experiencia única, que van a permitir ayudar a los clientes en la gestión de sus finanzas.
Los elementos principales que han vertebrado esta evolución son la tecnología y el poder de los datos.
Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, lo tiene claro: “hoy estamos inmersos en una verdadera revolución, una revolución digital, una revolución de los datos. En el mundo digital, lo que importa es la experiencia del cliente y en eso nos hemos concentrado. Queremos desarrollar una mejor propuesta de valor, que ayude a las personas y a las empresas en sus necesidades reales, en su vida personal y en sus negocios, para que tomen las mejores decisiones financieras”.
Este proceso de evolución de la imagen de marca ha motivado el cambio de logo. Aunque conserva elementos ya conocidos para BBVA (como el color y el uso de mayúsculas), también introduce una nueva tipografía y un diseño más frescos y actuales, consiguiendo así el efecto deseado de dotarlo de mayor versatilidad y funcionalidad, adaptándose así a la amplia variedad de plataformas y canales digitales que existen actualmente.
«Esta es nuestra visión: como banco tenemos que evolucionar desde ser un banco -un proveedor de infraestructura para la gestión del dinero- y convertirnos en un asesor financiero digital y global»
Onur Genç
Consejero delegado, BBVA
Para dotar de dicha capacidad de adaptación a una entidad financiera como el BBVA, ha sido necesaria una transformación radical sobre la visión del Grupo.
“Este cambio tiene muchos beneficios evidentes. El primero de ellos es seguir construyendo nuestra transformación digital. Esta es nuestra visión: como banco tenemos que evolucionar desde ser un banco -un proveedor de infraestructura para la gestión del dinero- y convertirnos en un asesor financiero digital y global”, ha asegurado Onur Genç, consejero delegado de la compañía.
Aunque esta nueva identidad de marca ha sido diseñada especialmente para el siempre creciente entorno digital en el que opera BBVA, también constituye un ejemplo de los valores que la caracterizan.
Y para obtener unos resultados óptimos a lo largo de todo el proceso de re-definición de la imagen, la involucración de todos los empleados en el proyecto bajo el lema ‘Somos un solo equipo’ ha puesto de manifiesto la importancia que tienen los empleados y su compromiso en este proyecto.
Cambiar la identidad de marca de una empresa es un reto de una magnitud inimaginable, que se convierte en un desafío todavía mayor cuando tienes que crear la campaña con la que comunicar dicho cambio. Teniendo en cuenta que BBVA tiene presencia en América, Europa y Asia, la campaña ha supuesto una tarea compleja pero que a la vez ha resultado apasionante.
Y todos los que han participado en ella poseen un denominador común: mantener el foco puesto en la visión del cliente durante la toma de sus decisiones financieras.
Gonzalo González Solá, responsable de la campaña en BBVA, ha incidido en la magnitud de esta iniciativa: “La producción de una campaña de estas dimensiones es muy compleja, ya que exige mucha coordinación entre BBVA y las agencias que han colaborado. Hemos desarrollado más de 200 adaptaciones de la campaña de televisión para los diferentes países y medios, y más de 150 artes finales entre formatos de gráfica y digital”.
Esta ha sido la manera de representar el valor atemporal, simple y universal de las oportunidades. A juzgar por el resultado, todos coinciden: ha merecido la pena.
«En el mundo digital, lo que importa es la experiencia del cliente y en eso nos hemos concentrado. Queremos desarrollar una mejor propuesta de valor, que ayude a las personas y a las empresas en sus necesidades reales»
Carlos Torres Vila
Presidente de BBVA
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