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Cada 31 de octubre se celebra el Día Mundial de las Ciudades, una fecha que tiene por objetivo promover el desarrollo urbano sostenible y fomentar la cooperación entre países para mejorar la planificación urbana.
De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que las Naciones Unidas han establecido para la Agenda 2030, los procesos de urbanización juegan un rol central en el desarrollo económico, social y ambiental y en el del bienestar de los ciudadanos.
Su importancia viene recogida en el ODS 11, que insta a todos los agentes sociales implicados a “conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”.
Tal y como las entendemos actualmente, los centros urbanos representan un gran reto desde el punto de vista de la sostenibilidad: desde la presión que ejercen sobre el medio y los recursos naturales, hasta la congestión de los mismos, pasando por la emisión de contaminación, la seguridad ciudadana o el acceso a los servicios básicos.
Para paliar estos problemas y el crecimiento de una urbanización rápida y descontrolada, es necesario elaborar una buena planificación que contemple una gestión y manejo eficientes del medio urbano. Entre los principales desafíos a los que ese plan debe hacer frente, encontramos:
Se espera que la población mundial registre un aumento de 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, alcanzando los 9.700 millones en 2050, según datos que arroja Naciones Unidas.
De acuerdo con las predicciones de Naciones Unidas, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y se espera que esta cifra aumente hasta un 70% para 2050.
En 2030, consumiremos:
Las consecuencias del cambio climático son cada vez más extremas para el medioambiente y la sociedad. Muestra de ello son los episodios de sequías más intensos de los que venimos siendo testigos en los últimos años, el aumento de las lluvias torrenciales y las inundaciones como el año pasado en los casos de la DANA o del temporal Gloria. En 2030, se estima que el 47% de la población vivirá en áreas con estrés hídrico (Informe Nacional sobre Regadíos en España – MAPAMA 2017).
La actual crisis sanitaria ha puesto el foco en la necesidad de redefinir el papel de las ciudades. Con este momento social que vivimos, tenemos una oportunidad para reflexionar y reajustar la forma en que habitamos, nos relacionamos y reconstruimos nuestras ciudades.
Entre los cambios traídos por la pandemia, como la forma de relacionarnos, de acceder a los lugares, o los nuevos modelos de trabajo, también es importante impulsar la necesidad para las ciudades de transformarse hacia entornos más funcionales, inclusivos y sostenibles.
Esto puede conseguirse, por ejemplo, facilitando el acceso a servicios esenciales, como los de la salud, agua, las tecnologías de la información, etc., ofreciendo opciones más saludables. Tales opciones van desde el transporte sostenible y el acceso a parques y jardines urbanos hasta la cooperación entre los diferentes grupos de relación, etc.
En la actualidad, las ciudades con grandes desigualdades y una alta concentración de pobreza urbana son potencialmente más vulnerables que las que cuentan con una brecha social menor y mejor aprovechamiento de los recursos.
Este es el lema con el que el Día Mundial de las Ciudades se presenta este año, en un momento en el que la desaceleración de nuestros modos de vida es una oportunidad única para reflexionar sobre el futuro de los núcleos urbanos. De hecho, la acción sobre la que girará este día mundial es la de “Valorando nuestras comunidades y ciudades”.
Entre los principales propósitos de este día, se encuentra el de mejorar la resiliencia urbana de las ciudades; es decir, el de fortalecer la capacidad de respuesta y adaptación a diferentes tipos de amenazas a las que se puedan enfrentar nuestras comunidades manteniendo un nivel razonable de funcionalidad. Algunos de los ejemplos más habituales de estas amenazas son aquellos desastres eventuales que tiene origen natural (como un seísmo o una inundación) o humano (como es el caso de ataques terroristas o sabotajes).
Para conseguirlo, este propósito debe reunir a los principales agentes sociales y establecer planes y proyectos que puedan contribuir a mantener el funcionamiento de la sociedad.
Para contribuir a que nuestras ciudades del mañana sean más inteligentes, sostenibles y resilientes, SUEZ España trabaja cada día en soluciones relacionadas con la sostenibilidad y la salud ambiental. Con el ciudadano en el centro de sus esfuerzos, estas soluciones contribuyen a una gestión más eficiente, segura y sostenible de los servicios urbanos y de las redes.
Todo lo relacionado con el agua de una ciudad es esencial para sus habitantes, ya que es un servicio básico que abastece, no solo a los individuos, sino a centros sanitarios, cuerpos de seguridad como los bomberos, servicios de limpieza…
Para garantizar el buen funcionamiento y los planes de contingencia, se sirven los últimos avances tecnológicos, como el internet de las cosas, la inteligencia artificial, la realidad virtual/aumentada o el data analytics, digitalizando y automatizando así los procesos relacionados con la gestión del ciclo del agua. De esta forma nos beneficiamos todos, gestores de red, los servicios y centros sociales y los ciudadanos.
Para construir ciudades más resilientes, SUEZ ofrece además servicios de gestión integral de riesgos que van desde el diagnóstico del funcionamiento de los servicios urbanos hasta la implementación de un Plan de Acción de Resiliencia o un centro de control de eventos críticos en la ciudad.
Estas son algunas de las soluciones reales de SUEZ para la mejora de la vida en los núcleos urbanos y su aportación al futuro que nos espera en las ciudades del mañana:
La red de centros de innovación DINAPSIS desarrolla tecnología puntera para combatir, con visión local, el cambio climático y contribuir al desarrollo de ciudades inteligentes, permitiendo escalar y adaptar las soluciones digitales a las necesidades reales de cada territorio y facilitando una óptima gestión de los recursos.
Esta solución de monitorización detecta y cuantifica la presencia en las aguas residuales del virus SARS-CoV-2, permitiendo realizar seguimiento de la evolución del virus y anticipar la aparición de posibles nuevos brotes.
Smart River Basin es una aplicación para mejorar la capacidad de respuesta ante episodios hídricos extremos. La plataforma permitirá analizar, mediante simulaciones, la capacidad de las principales infraestructuras de una ciudad a la hora de mitigar los efectos de las inundaciones. La herramienta también permitirá evaluar medidas alternativas para mejorar la resiliencia de la zona.
El proyecto europeo RESCCUE (2016-2020), liderado por SUEZ, analiza el impacto del cambio climático en el funcionamiento de los servicios públicos urbanos como el agua, la energía y las telecomunicaciones. Barcelona (Cornellà de Llobregat), Lisboa y Bristol son las 3 ciudades piloto del proyecto.
Un proyecto de La Razón para