Todos tenemos una manera de enfrentarnos al mundo que nos distingue del resto
Y que, por tanto, nos hace únicos, inimitables, exclusivos.
Somos intrépidos, inquietos, aventureros, relajados, desconfiados, puntuales o carismáticos, cada quién a su manera.
En cualquier caso, e independientemente de nuestra condición, necesitamos en algún momento buscar ayuda para resolver alguna de las cuestiones que nos quitan el sueño, que nos impiden conseguir nuestros propósito o que, simplemente, se escapan de nuestro alcance por el motivo que sea. Es en ese momento donde nos llueven las dudas: ¿y ahora qué?