A raíz de la pandemia, son muchas las personas que han decidido dar un giro a sus vidas y abandonar las grandes urbes. El renacido gusto por los espacios naturales y el auge de la digitalización que permiten trabajar a distancia son las principales razones de este nuevo movimiento migratorio de vuelta al campo.
El carácter tranquilo de sus gentes, la vida sin prisas y la red de confianza son algunos de los atractivos de estos entornos. Por contra, las localidades con menor densidad de población se enfrentan a diario a una serie de problemas relacionados con el acceso a servicios básicos.