A día de hoy este sigue siendo uno de los grandes desafíos, y así se contempla en el número 3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas: “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”.
Según una encuesta del Grupo Farmacéutico de la Unión Europea realizada a finales del año pasado, los 29 países declararon sufrir escasez de medicamentos de todo tipo: antiinfecciosos de uso sistémico, para problemas respiratorios o para tratar enfermedades cardiovasculares, entre otros.
La situación fuera de las fronteras de la UE no es mucho más halagüeña: los hospitales de Estados Unidos reportaron escasez de ibuprofeno, en México se ha señalado la falta de medicamentos de uso crónico que no pudieron surtirse en 2022 y en Australia se han producido desabastecimientos que han afectado de forma grave a las zonas rurales.