Ni desayuno ni almuerzo: el brunch
Primero fue el afterwork, momento de ocio entre amigos o compañeros de trabajo después de finalizar la jornada laboral, en el que un grupo de personas se reúne en algún bar de la ciudad como nueva forma de socialización. Una nueva forma de ocio importada de otros países y adaptada a nuestros días.
Aunque se trata de una herencia anglosajona, llegó hace años para quedarse de manera definitiva. Al igual que el el afterwork, el brunch es ese festín gastronómico que se produce entre el desayuno (breakfast) y el almuerzo (lunch), dando lugar a una experiencia superlativa. Siempre y cuando te encuentres en el lugar indicado.
En nuestro país, el brunch es una tendencia al alza. Existen multitud de lugares en los que compartir un rato agradable con amigos y familiares alrededor de una mesa repleta de comida. Si bien es cierto que es una tradición británica, en cada país se adapta tanto la propuesta culinaria como el horario en el que poder degustarlo.
Eso sí, aunque es cada vez más común degustar el brunch cualquier día de la semana, el domingo sigue ganando más adeptos que cualquier otro día.
Una vez llegados a este punto, ¿cuáles son los verdaderos motivos que hacen que esta tendencia siga ganando aficionados?