La movilidad de las ciudades está en juego. Hoy más que nunca es importante definir la manera en la que transitamos por las ciudades y las carreteras y sentar las líneas de lo que nos depara el futuro en materia de sostenibilidad, tecnología y seguridad vial
Nuestro mundo cambia a una velocidad vertiginosa. La tecnología cada vez más sofisticada, la digitalización siempre presente y la obligación de crear un horizonte que sea sostenible y respetuoso con el medioambiente marca la agenda de nuestro día a día. Algo a lo que la industria de la automoción no solo no es ajena, sino que es más bien central, y que también despega y evoluciona a un ritmo frenético.
Actualmente, en el mundo existen unos 1.000 millones de vehículos en la carretera. En 2050, se podrían alcanzar los 4.000 millones. Para ese mismo año, se prevé que el 75% de la población mundial resida en grandes ciudades. Con ambas tendencias en la palma de la mano, esto supondría unos niveles de tráfico, atascos y contaminación inaceptables para la sociedad si no se toman medidas preventivas que reviertan el crecimiento del tráfico y la contaminación.
Por este motivo, resulta fundamental repensar la movilidad en el mundo que está por venir.