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Objetivo: cero mortalidad en las carreteras

La ONU lidera planes dirigidos a reducir los accidentes de tráfico, que son un problema de salud pública

Con la circulación de coches y motos en ascenso desde hace décadas, la seguridad vial ha ido adquiriendo protagonismo como
respuesta a un problema de salud pública: los accidentes de tráfico, que son una de las diez principales causas de muerte en el mundo desde el año 2000, según datos de la Organización Mundial de la Salud –fallecen en torno a 1,25 millones de personas al año–. Ante este preocupante escenario, la ONU decidió ponerse manos a la obra y diseñó en 2010 una serie de actuaciones a desplegar hasta 2020 para tratar de rebajar los niveles de mortalidad en las carreteras –a la mitad–.

Tanto a nivel mundial como a nivel español se ha conseguido ir reduciendo las muertes por accidentes de tráfico, pero permanecen como problema de salud pública con amplias consecuencias económicas y sociales, como lo corroboran los datos: hay estudios que indican, por ejemplo, que en España, en concreto, el impacto socioeconómico de los accidentes de tráfico con víctimas infantiles es de 770 millones de dólares (cerca de 700 millones de euros) anuales, unos 16,68 dólares (15,08 euros) per cápita. Por ello la ONU ha renovado su plan para la próxima década con el objetivo de avanzar y acabar con la mortalidad en carretera. En paralelo, se han ido multiplicando las iniciativas y los avances a nivel tecnológico tanto en los vehículos, como también en las propias infraestructuras para mejorar la seguridad vial.

En este sentido, compañías mundiales de referencia en la gestión de infraestructuras terrestres, como Abertis, también han dado un paso adelante y se han involucrado en la seguridad vial mejorando sus vías. En el caso de la empresa catalana, estos esfuerzos realizados han arrojado sus frutos como demuestran los datos: en 2018 el índice de accidentalidad en el conjunto de las autopistas de Abertis en el mundo se redujo un 6,4%, mientras que el índice de mortalidad descendió en un 10% respecto al año anterior.

Y es que conviene avanzar en este sentido, hacia la mejora de la seguridad vial, porque el tráfico mundial seguirá aumentando a medida que se expanden las economías de todo el mundo: la previsión del Foro Económico Mundial es que el número de vehículos crecerá en 600 millones entre 2014 y 2025. Ese aumento plantea desafíos económicos y sociales, des-
de la pérdida de productividad asociada con la congestión del tráfico hasta las muertes por accidentes en la carretera, pasando por la contaminación atmosférica y el cambio climático.

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El impacto socioeconómico de los accidentes de tráfico con víctimas infantiles en España se estima en 700 millones de euros al año

Para evitar los accidentes de tráfico, principal reto de la seguridad vial, Abertis ha puesto en marcha en la última década multitud de iniciativas que cuentan, en muchos casos, con la tecnología como aliado. Por ejemplo, el portal autopistas.com, que ofrece toda la información en tiempo real y servicios diferenciados para particulares y transportistas. Mediante un mapa proporcionado por Google Maps, la web ofrece información relativa al estado y previsión del tráfico, tiempos de recorrido en los desplazamientos, alertas de todas las incidencias que puedan producirse en la red de autopistas y niveles de servicio de los distintos tramos de la red. Además, permite visualizar más de 1000 cámaras que muestran el estado del tráfico en tiempo real. 

Pero, además de la tecnología como aliada, las campañas de concienciación también han ido surtiendo efecto. A nadie se le escapa la capacidad de impacto que han tenido los anuncios de la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre los accidentes de tráfico. La OMS, en este sentido, desde 2013 va recopilando en su biblioteca digital algunas de las campañas más destacadas que se han ido elaborando en el mundo, algo que también hace la DGT –pero incluyendo vídeos desde 1960–. 

Y es que la seguridad vial es una inquietud que no deja a ningún gobierno indiferente y por ello cada país tiene sus propias formas de afrontarla. Por ejemplo, en Francia, país que precedió a España en la puesta en marcha del sistema de carnet por puntos –aunque de forma mucho más estricta–, se promueve la seguridad vial desde edades tempranas y en el marco del sistema educativo. De hecho, a partir de los 12 y 13 años, los niños deben de obtener un certificado escolar de seguridad vial de primer nivel para poder obtener el carné de conducir de ciclomotor. A partir de los 14 y 15 años, los niños reciben otro certificado escolar para la obtención del permiso de conducir. También en Alemania la Educación Vial se imparte a los niños desde edades tempranas en la escuela pública para concienciar.

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