Powered by
Se presentó, como cada año, y el último informe de Naciones Unidas sobre el estado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Muestra que, si bien se han logrado avances en algunas áreas, a casi una década del año 2030, todavía existen enormes desafíos en todo el mundo.
Los ODS son, básicamente, erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible. Y hay más objetivos, como garantizar una vida saludable y una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos. Igual de importante es alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas, garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
No menos importante es asegurar el acceso a energías asequibles, fomentar el crecimiento económico sostenido, desarrollar infraestructuras resilientes, reducir las desigualdades entre países, conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles. Y por supuesto, entre otros, tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
Según el último informe sobre
los ODS, hay que ser optimista en
lo referente a salud y bienestar,
energías fiables y crecimiento económico sostenido.
Lo del bienestar es importante,
porque indica grandes progresos
en la mejora de la salud de millones de personas: han disminuido
las tasas de mortalidad materna
e infantil, la esperanza de vida
sigue aumentando en todo el mundo y la lucha contra determinadas
enfermedades infecciosas ha progresado de manera sostenida.
Por otro lado, la energía se está
volviendo más sostenible y accesible. Ha comenzado a acelerarse
el acceso a la energía eléctrica en
los países más pobres, la eficiencia
energética sigue mejorando y la
energía renovable está logrando
avances impresionantes en el sector eléctrico. En cuanto al crecimiento económico, se puede decir
que el PIB real per cápita y la productividad laboral han aumentado y el desempleo ha vuelto a caer
a los niveles anteriores a la crisis
financiera.
Hay asignaturas pendientes para la Agenda 2030, que es el cumplimiento de los objetivos. Por ejemplo, crecen las desigualdades en todos los sentidos, aunque un 40% de la personas más pobres ha visto aumentar sus ingresos. En cuanto a la erradicación de la pobreza, no se tienen expectativas de alcanzar el objetivo en 2030, año para el cual se estima que se sitúe en el 6%. Las estadísticas referentes al hambre son aún más negativas dado que la cantidad de personas que padecen hambre continúa en aumento desde el año 2014.
El cambio climático es el mayor de todos los retos. Los datos muestran cómo sus efectos están produciéndose a un ritmo más acelerado de lo previsto: la temperatura media mundial durante 2018 superó en 1ºC la línea de base preindustrial, lo que hace que el nivel del mar siga aumentando a un ritmo sin precedentes.
Son muchas las medidas que se están adoptando entre los países para paliar los efectos del cambio climático y contribuir a la mejora de los hábitats marinos y terrestres: las corrientes financieras relacionadas con el clima han aumentado, la extensión de las zonas marinas protegidas se ha duplicado desde el año 2010 y los compromisos internacionales están forjando enfoques innovadores para la conservación de la biodiversidad. La situación actual de la Agenda 2030 reclama más acción de forma urgente, y en este aspecto empresas como Abertis tienen mucho que decir.
Abertis desempeña un papel importante en el desarrollo económico y sostenible de los territorios en los que está presente. Uno de sus grandes objetivos es gestionar de forma sostenible y eficiente las infraestructuras. Por ello, tienen un plan director de Sostenibilidad, uno de cuyos pilares es la ecoeficiencia. En este marco, se trabaja para reducir la huella de carbono, mitigar el cambio climático, reducir el impacto ambiental de nuestra actividad y potenciar la economía circular.
Las medidas preventivas de preservación del entorno y de reducción de la contaminación son para conformar un modelo de explotación más eficiente, responsable y sostenible. Desde la fase de diseño hasta la operativa diaria de la propia infraestructura, Abertis aplica medidas destinadas a minimizar el impacto ambiental, buscando el equilibrio entre la sostenibilidad y la viabilidad económica y técnica.
Por ello, sus empresas trabajan para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, apoyándose en innovaciones que permite la tecnología.
Por ejemplo, promoviendo el telepeaje y el peaje sin barreras, que reduce significativamente las emisiones de los vehículos al no tener que detenerse en la barrera. Esta es una medida de gestión del tráfico claramente de futuro. Abertis cuenta con peajes sin barrera en muchos países,
como Chile, Puerto Rico o Francia. En España hay uno muy significativo en la autopista AP-7, en el peaje de La Roca.
Asimismo, se favorece el uso de vehículos menos contaminantes y se participa en programas de escala europea para favorecer el uso del vehículo eléctrico en las autopistas.
Otras apuestas son la renovación de las flotas por otras más ecológicas (más de la mitad de la flota en España es ecológica) y el cálculo de la huella de carbono de acuerdo con los estándares internacionales, por parte de organizaciones como Carbon Disclosure Project (CDP), que ayuda a focalizar nuestras actuaciones para conseguir los objetivos de reducción.
Un proyecto de La Razón Content para