Si hay algo que destaque en las estrategias de Autopistas es la seguridad vial, uno de sus principales pilares, implícito en cada una de las decisiones y estrategias de la compañía.
Desde el diseño de nuevos servicios al mantenimiento de las carreteras, desde la filial trabajan cada día sobre 5 ejes: infraestructuras seguras, gestión de la seguridad vial, vehículos más seguros, usuarios también más seguros y respuesta ante los accidentes.
En el contexto de sus proyectos e iniciativas orientadas a la mejora de la seguridad y a la reducción en un 50% de víctimas en accidentes -en línea del 2º Decenio de Acción por la seguridad Vial 2021-2030, Autopistas trabaja en:
- La visión Cero Víctimas en carretera, con una monitorización continua del estado de las vías que les permite elevar al máximo nivel de exigencia la calidad de las infraestructuras.
- El Centro de Seguridad Vial (CESVI), que estudia y analiza la prevención y la accidentalidad de nuestra red viaria, buscando mejoras y colaborando con otras entidades para el fomento y la consolidación de la seguridad vial.
- El logro de certificaciones como la ISO 39001, la norma internacional que certifica que Autopistas cumple con las buenas prácticas del sistema vial.
- La monitorización continua de datos de tráfico y siniestralidad, análisis y adopción de medidas de mejora.
- La colaboración con organismos oficiales de tráfico y seguridad.
- La integración en asociaciones técnicas y participación en foros de transformación de las infraestructuras.
Además, Autopistas ha realizado cerca de 84 campañas de sensibilización en colaboración con organismos oficiales y 12 simulacros de autoprotección y seguridad vial, como los llevados a cabo en el Túnel de Guadarrama y en el de la C-32 en Cataluña.
El primero simuló un accidente para poner a prueba la capacidad de reacción tanto de los equipos de emergencia como de los responsables de la gestión de la vía. De esta forma, pudieron revisar exhaustivamente instalaciones y elementos de seguridad clave, como la ventilación, la presurización de las galerías de evacuación o los procedimientos de actuación, definidos en el Plan de Autoprotección (PAU).
El segundo consistió en un incendio en uno de los centros de transformación de la instalación, situación a la que se le añadió, de forma planificada, el agravante de un fallo en el sistema automático de extinción de fuego. En este caso, la respuesta de los sistemas también fue la esperada para estas situaciones: el Centro de Operaciones y Seguridad Vial de Autopistas recibió la señal de alarma de la central de incendios de la instalación, lo que permitió iniciar la operativa y acciones necesarias para solventar la incidencia.