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Este 31 de octubre se celebra, un año más, el Día Mundial de las Ciudades, una fecha que tiene por objetivo poner el foco en la importancia del desarrollo sostenible y de la cooperación para una mejor planificación urbana
Desde su proclamación en 2014 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día Mundial de las Ciudades ha querido reflejar el impacto que el cambio climático está teniendo en los residentes de las ciudades. Este año, de hecho, tendrá como lema “Mejor ciudad, mejor vida. Adaptar las ciudades para la resiliencia climática”.
En la actualidad, más de la mitad de los seres humanos viven en entornos urbanos y se espera que en 2050, el porcentaje llegue al 70% de la población mundial. El futuro será mayoritariamente urbano y, por ello, las ciudades jugarán un papel central en conseguir un desarrollo global que sea sostenible y justo con todas las personas.
Así se refleja en los objetivos que las Naciones Unidas han establecido para la Agenda 2030: concretamente, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 propone hacer las ciudades “más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles”. En este sentido, la planificación urbana resulta fundamental para dotar a los núcleos de herramientas de adaptación para los diferentes riesgos a los que, cada vez más, tendrán que hacer frente.
Solo respondiendo a estos retos conseguiremos que nuestras ciudades se conviertan en el motor del desarrollo social, económico y medioambiental del planeta.
Las consecuencias del calentamiento global son cada vez más visibles y extremas, con episodios de sequías más intensos, un aumento de las lluvias torrenciales e inundaciones como las que podemos recordar en nuestro país, bajo el nombre de DANA o Gloria recientemente. Paradójicamente, en nuestro país se estima que en 2030, el 47% de la población vivirá en áreas con estrés hídrico.
La gravedad de esto reside con mayor intensidad en la naturaleza de las ciudades, ya que, debido a su alta concentración de habitantes, son más proclives a tener mayores pérdidas humanas, sociales y económicas cada vez que ocurre un desastre natural.
Sin embargo, estas consecuencias no son las únicas que presentan una amenaza para nuestras ciudades. El rápido crecimiento de la población mundial, que llegará a alcanzar los 9.700 millones de personas en 2050 y el aumento en la demanda de recursos (un 50% en el caso de los alimentos y un 40% en el del agua) son aspectos a considerar a la hora de planificar las urbes del futuro, así como la energía: a pesar de que las ciudades ocupan un 3% del territorio global, son responsables de hasta el 80% del consumo energético y del 75% de las emisiones de carbono a la atmósfera.
Con todo lo anterior, queda de manifiesto que es fundamental empezar a tomar cartas en el asunto. Luchar por un crecimiento ordenado y responsable de nuestros núcleos urbanos será la garantía de que las generaciones venideras puedan seguir habitándolos con calidad de vida, cuidando, de esta forma, la movilidad urbana, las emisiones, la igualdad, la estabilidad y la prosperidad social.
En este contexto, es importante contar con manos y mentes expertas que puedan poner los avances tecnológicos al servicio de ciudades más sostenibles. Agbar, grupo experto en la gestión sostenible del agua, los recursos naturales y la salud ambiental, ofrece soluciones en esta dirección.
Ejemplo de esto es la red Dinapsis, un conjunto de diversos hubs de la compañía repartidos por nuestro país que cuentan con herramientas digitales de referencia para la transformación digital de la gestión del agua y la salud ambiental de los territorios.
En esa transformación, Agbar apuesta por la aplicación de nuevas tecnologías que van desde el Internet de las Cosas hasta la Visión Artificial, pasando por la Inteligencia Artificial, el Big Data o el Machine Learning. Estas herramientas, junto al conocimiento y la experiencia de la compañía, les permite transformar por completo la gestión urbana del ciclo del agua y ambiental.
Esta ‘Inteligencia Operacional’ es capaz además de perfeccionar la gestión de los recursos en tiempo real, anticiparse a posibles crisis y tomar decisiones en consecuencia, y optimizar las inversiones a medio plazo en las infraestructuras, en base a criterios objetivos orientados a maximizar el estado de sus principales activos.
Estas son algunas de las soluciones que se han diseñado en los hubs Dinapsis para las ciudades del futuro:
Agbar realiza estudios para la prevención del riesgo de inundaciones que permiten una mejor gestión de las cuencas hídricas. Su labor es la de ayudar a las ciudades a disponer de una red de drenaje capaz de evitar inundaciones de una forma sostenible mediante la implementación de una gestión avanzada. Para ello, se valen de pronósticos y protocolos de actuación que permiten a las ciudades recuperarse rápidamente de una situación de crisis. Todo este proceso se apoya en plataformas digitales que permiten el seguimiento de los episodios en tiempo real, lo que favorece una ágil y rápida toma de decisiones.
La compañía trabaja para ofrecer soluciones tecnológicas avanzadas y conocimiento experto aplicado a la gestión de la calidad del aire y la movilidad sostenible, implementando dichas soluciones de forma escalable para dar respuesta en la mejora de la habitabilidad y salud ambiental de las ciudades.
Esta solución se articula a través de una plataforma de gestión avanzada de la calidad del aire y en las herramientas de gestión de tráfico y los equipamientos ITS (Intelligent Transport System). Incluye el control en tiempo real del tráfico y la calidad del aire, generando alertas y evaluando patrones sobre posibles episodios de contaminación para la aplicación de medidas. La aplicación de modelos de movilidad urbanos, alimentados con aforos de tráfico, ofrecen la visión del estado de la ciudad construyendo la movilidad sostenible del futuro basada en la tecnología. Los modelos atmosféricos aportan una capa añadida de valor en la gestión del tráfico, diagnosticando y prediciendo la calidad del aire para el apoyo en la evaluación de escenarios, planificación urbana y la toma adelantada de decisiones.
Agbar acompaña a las ciudades en sus estrategias de renaturalización, planes directores de infraestructura verdes y gestión inteligente de las zonas turísticas de alta ocupación o necesidad de protección:
La implantación de un modelo de economía circular en los territorios permite identificar sinergias y simbiosis industriales entre los diferentes organismos (ayuntamiento y sus servicios públicos, industria y asociaciones empresariales, gestores de zonas naturales y agrícolas, asociaciones, administraciones supramunicipales o regionales, etc.) para generar una actividad económica sostenible en el largo plazo y reducir la presión sobre los recursos naturales.
Agbar dispone de un modelo propio (Sustainability Partners) que analiza los procesos productivos dentro de un territorio u organización e identifica oportunidades circulares para crear valor en el eje del agua, la energía y los residuos-recursos desde una perspectiva económica, ambiental y social.
Next Generation EU
La construcción de un mañana más justo y responsable en el mundo pos-COVID es tarea de todos. Por ello, y para garantizar el desarrollo de ciudades más resilientes, es necesario contar con la colaboración público privada para realizar propuestas en firme que estén, además, alineadas con las directrices de la Unión Europea.
Así, Agbar ha presentado 75 proyectos punteros e innovadores en materia de agua y medioambiente para el plan de recuperación económica Next Generation EU. Se trata de una oportunidad única de salir más fuertes de la pandemia y aprovechar este impulso para llevar a cabo una transición ecológica y encaminarnos hacia la Europa en la que queremos vivir.
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