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Hoy, y en menos de ocho meses, la humanidad ha consumido todos los recursos que la Tierra es capaz de generar en un año. A partir de ahora, nuestro planeta entra en un déficit ecológico en el que el gasto que hacemos será mayor que los recursos disponibles
El ‘Earth Overshoot Day’ -traducido como el Día del Sobregiro de la Tierra o Día de la Deuda Ecológica en nuestro idioma- es la fecha en la que, cada año, agotamos los recursos naturales para todo el año que nos da La Tierra.
Este 2021, atravesamos ese umbral hoy, 29 de julio, una fecha que trata de señalar la urgencia climática y la necesidad de reducir nuestra huella en el planeta.
En la actualidad, utilizamos un 74% más de recursos de lo que la Tierra puede regenerar. Harían falta “1,7 Tierras” para poder hacer frente al ritmo de consumo que llevamos ahora. Así lo ponen de manifiesto los datos que, a pesar de que se llevan recogiendo desde la década de los 70, muestran un aumento exponencial en los últimos 20 años, en pleno siglo XXI. La creciente explotación de los recursos naturales, el incremento de la población a nivel mundial y los efectos del calentamiento global, producido por la emisión de gases de efecto invernadero, son algunas de las causas más importantes de esta alarma ecológica.
Tras el parón de la actividad económica mundial en 2020 a causa de la pandemia de la COVID-19 que tuvo como resultado el retraso del ‘Earth Overshoot Day’ en 24 días (fue el 22 de agosto), este año volvemos a la misma fecha que el 2019. Esto se debe a factores como el aumento del 6,6% de la huella de carbono con respecto al año pasado, y a la disminución del 0,5% de la biocapacidad forestal mundial, a causa de la persistente deforestación en el Amazonas.
De esta manera, queda patente la urgencia de que tanto gobiernos, administraciones, empresas y ciudadanía apostemos por una recuperación económica sostenible, que tenga en consideración los límites de regeneración de nuestro planeta.
Mostrando su compromiso con la preservación del medioambiente y los ecosistemas del planeta, Agbar ofrece soluciones basadas en la innovación para la gestión sostenible del agua, los recursos naturales y la salud ambiental en los sectores de la agricultura y la industria, así como en las ciudades. De esta manera, la compañía se alinea con la hoja de ruta marcada por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible que han establecido las Naciones Unidas.
Desde Agbar, se han caracterizado por tomar un rol activo en la contribución a la reducción de la huella ecológica y por su liderazgo en la transición hacia un modelo más sostenible. Su estrategia climática se asienta en 4 líneas de actuación fundamentales.
La compañía ha desarrollado varias acciones para mejorar su huella ambiental, a través de soluciones de eficiencia energética, de la compra de energía verde con garantía de origen, de la generación de energía renovable o del fomento de la movilidad sostenible.
De hecho, en 2020 y en España, Agbar consiguió cubrir el 99,4% de su capacidad de compra con energía eléctrica verde. Esta cifra es el equivalente al consumo anual de electricidad de unos 84.000 hogares.
Gracias a la red de hubs digitales DINAPSIS, Agbar ofrece un control digital de la gestión sostenible del agua y la salud ambiental del territorio. Para conseguirlo, DINAPSIS combina la operativa de los servicios urbanos ambientales con la divulgación, permitiendo así mejorar la resiliencia de las ciudades. Así, frente a eventos climatológicos extremos y mediante respuestas y soluciones concretas, se reduce la forma en la que la población se ve afectada, algo que cada vez ocurrirá en mayor medida, debido al cambio climático.
Muestra de ello es la herramienta digital desarrollada por Agbar que permite, mediante la simulación, analizar la capacidad de las infraestructuras de un territorio para hacer frente a los efectos de fenómenos climáticos extremos, como fue el caso de la DANA en Alicante en 2019, evaluar alternativas para mejorar la resiliencia de esa zona y minimizar así sus consecuencias.
El impacto de la red DINAPSIS es tal que fue seleccionada a finales de 2020 como uno de los 101 Ejemplos Empresariales de Acciones #PorElClima. Se trata de una iniciativa que busca reconocer el fuerte compromiso de las empresas, cuya actuación es crucial para hacer frente al cambio climático, tal como reconocen los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
La estrategia de Agbar pasa por soluciones de residuo 0, en las que se fomenta la transición del modelo lineal al modelo circular que recicla y valoriza los recursos utilizados.
Uno de sus proyectos pioneros es la transformación que se está llevando a cabo de las plantas de tratamiento de agua en biofactorías. Con esto, no solo consiguen recuperar agua para nuevos usos, sino que además se hace diariamente sin generar residuos, alcanzando la autosuficiencia energética y con impacto ambiental cero.
Precisamente la biofactoría Sur de Granada, gestionada por Emasagra, ha logrado que prácticamente el 100% del agua que se depura se reutilice para el riego de cultivos. Además, también han conseguido que los lodos, arenas y grasas del proceso de depuración se valoricen como abono en agricultura y jardinería. Este modelo de gestión ha obtenido el reconocimiento de como buena práctica por la prestigiosa publicación European Circular Economy Stakeholder Platform.
Precisamente la biofactoría Sur de Granada, gestionada por Emasagra, ha logrado que prácticamente el 100% del agua que se depura se reutilice para el riego de cultivos leñosos. Además, también han conseguido que los lodos, arenas y grasas se valoricen como abono en agricultura y jardinería. Este modelo de gestión ha obtenido el reconocimiento de como buena práctica por la prestigiosa publicación European Circular Economy Stakeholder Platform.
Por último, Agbar impulsa el desarrollo de modelos que son respetuosos y responsables con el clima y el entorno, a través de una economía baja en carbono y la implantación de infraestructuras verdes. Se tratan de soluciones basadas en la naturaleza o la naturalización de instalaciones, tanto en el espacio urbano, como aquellos que son de interés natural. El objetivo es preservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que se generan.
Prueba de esto son los humedales artificiales de depuración de Illa de Mar y l’Embut en Delta del Ebro, gestionados por Agbar. Ambos han sido declarados reserva natural de fauna salvaje por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña. En la actualidad, es considerada una zona de alto interés ornitológico, que ofrece espacios idóneos para la observación de aves -algunas de ellas, amenazadas-, paseos naturalistas y labores de educación ambiental.
Con ejemplos como estos, se contribuye a la preservación del medio ambiente y a intentar mover la fecha del Overshoot Day, día crítico para el planeta.
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