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Imagen de portada: Paraje natural del Clot de Galvany (Alicante)
Lo que define el cambio climático como un fenómeno global son los cambios en los patrones climáticos, impulsados en gran medida por la acción humana. Según la Organización Meteorológica Mundial, portavoz autorizado de las Naciones Unidas sobre el tiempo, el clima y el agua, existe un 47% de probabilidades de que la temperatura media mundial durante todo el quinquenio 2024-2028 supere en 1,5 °C la de la era preindustrial. El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (como el CO2), la deforestación y el uso de recursos fósiles son los principales responsables del incremento en las temperaturas globales. Este fenómeno no solo afecta el equilibrio ecológico, sino que amenaza a comunidades enteras, ecosistemas vitales y la economía mundial.
España es uno de los países de la Unión Europea más afectados, donde los episodios de sequía y lluvias torrenciales son cada vez más recurrentes. Para evitar mayores consecuencias, la acción climática debe acelerarse y ser coordinada tanto por los gobiernos como por las distintas organizaciones. En este sentido, Agbar, parte del grupo Veolia, sigue impulsando medidas concretas para contrarrestar uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo.
El aumento de la temperatura global incrementa la evaporación y modifica los patrones de lluvia, lo que afecta a las reservas de agua dulce, tanto superficiales como subterráneas. Los glaciares y las nieves estacionales, que abastecen a ríos y lagos en muchas regiones, están desapareciendo, lo que compromete el suministro de agua para millones de personas. En las últimas décadas, la crisis climática ha intensificado eventos extremos como sequías prolongadas, inundaciones devastadoras y patrones erráticos de precipitaciones.
Ese efecto ha creado grandes tensiones en los sistemas hídricos, que ya de por sí enfrentaban una presión creciente debido al aumento de la demanda humana. Tal es la gravedad que, según estimaciones de la ONU, en 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua.
Si no se toman medidas urgentes, el agua corre el riesgo de convertirse en el epicentro de conflictos futuros. La adaptación al cambio climático ya no es una opción; es una necesidad para asegurar disponer de agua para los diferentes usos (en las ciudades, agricultura, industria). En vista de esta situación, surge una interrogante fundamental: ¿cómo se puede manejar el recurso más esencial en un mundo en constante cambio?
Con su programa estratégico GreenUp 2024-2027, Veolia apuesta por soluciones innovadoras para regenerar, descarbonizar y preservar los recursos, tal y como se refleja en su servicio de gestión integral del ciclo del agua a través de Agbar, que beneficia a 13,5 millones de personas en más de 1,100 municipios en España. Este programa gira en torno a tres líneas de actuación dentro de los ámbitos energía, agua y recursos: producir energía local con bajas emisiones de carbono, crear tecnologías para proteger los recursos hídricos y enfrentar los nuevos contaminantes para reutilizar las aguas y acelerar el tratamiento de desechos peligrosos para proteger los ecosistemas y la salud pública.
El objetivo de GreenUp para el año 2027 es eliminar 18 millones de toneladas de CO2 a nivel mundial, preservar 1.5 mil millones de metros cúbicos de agua y eliminar 10 millones de toneladas de desechos, promoviendo un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
En el ámbito agua, la construcción de ecofactorías, que convierten las depuradoras convencionales en alternativas sostenibles, es uno de los proyectos más importantes de la compañía. Se trata de un modelo innovador basado en 4 ejes para conseguir transformar el ciclo de las aguas para convertirlo en circular: regeneración y reutilización de las aguas residuales para nuevos usos; valorización de los desechos para nuevos usos (por ejemplo, los lodos de depuración se transforman en abono para la agricultura); producción de energía renovable; y generación de un impacto positivo en el medio ambiente.
La ecofactoría del Baix Llobregat en Barcelona es un ejemplo de cómo se regenera el agua residual para múltiples usos, lo que reduce la presión sobre los recursos naturales y ayuda a la agricultura, la industria y el entorno urbano. Esta agua reutilizada también es clave para la conservación de ecosistemas, ya que permite devolverla en óptimas condiciones a ríos y acuíferos.
El ‘Proyecto Guardian’ es otro de los hitos de Agbar en cuanto a reutilización de agua. Se trata de un sistema que emplea agua regenerada para crear barreras de protección contra incendios en el Parque Natural del Túria (Valencia). Se probó en abril del año pasado, con gran éxito: el volcado de más de 218.000 litros de agua durante 35 minutos evitó la propagación del fuego. Este proyecto es único en Europa y cuenta con tecnología de vanguardia, como una red de sensores y 40 cañones de agua, que permiten una respuesta rápida en caso de emergencia.
Por otro lado, Agbar promueve el desarrollo de infraestructuras verdes, esenciales para preservar la biodiversidad y crear modelos respetuosos con el entorno. Un caso ejemplar es el Clot de Galvany, en Alicante, un espacio natural protegido que ha sido restaurado y revitalizado gracias al uso de agua regenerada. Este paraje, gestionado por Aigües d’Elx, es un símbolo de cómo la intervención responsable puede convertir un área degradada en un refugio para especies en peligro de extinción.
Gracias a tecnologías como la inteligencia artificial, el big data y el machine learning, Agbar ha conseguido mejorar la gestión del agua y anticiparse a las consecuencias del cambio climático. Un ejemplo clave es la red de centros Dinapsis Hubgrade by Veolia, que combina la experiencia humana con tecnologías avanzadas para crear soluciones que mejoren la sostenibilidad de las ciudades y su capacidad de adaptación ante fenómenos extremos.
Gracias a estos proyectos, la compañía demuestra su compromiso en la lucha contra el cambio climático poniendo el foco en la gestión de un bien cuya disponibilidad y calidad se ven amenazadas tanto por el aumento de las temperaturas como por los episodios de sequías y lluvias extremas.
Con sus iniciativas en marcha, Agbar está liderando el camino hacia una economía circular y sostenible, demostrando que la innovación y la responsabilidad ambiental son clave para preservar los recursos esenciales.
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