Powered by

La tecnología al servicio de las empresas para hacer crecer el negocio

Alisys es una compañía que impulsa la digitalización de los negocios a partir de cuatro ejes principales: Costumer Service, infraestructura en la nube privada, investigación y robótica

La tecnología es, para el mundo empresarial, una herramienta muy eficaz a la hora de simplificar los procesos de comunicación y operación, así como de favorecer la reducción de costes y la optimización de recursos y, por lo tanto, ésta puede contribuir a mejorar de forma significativa los resultados de un negocio.

En 1999, cuando el uso de internet a nivel doméstico se acababa de implantar en España, hubo ya quien fue capaz de intuir el potencial de la digitalización de las organizaciones y apostó por crear una empresa que ofreciera este servicio. Fue entonces cuando nació Alisys, que se ha instalado en DFactory Barcelona, el ecosistema de referencia internacional de industria 4.0 impulsado por el Consorci de la Zona Franca. “Se trata de una tecnológica con un componente de innovación muy profundo”, tal y como señala su director general, Eduardo Gómez de Tostón. “Somos fundamentalmente una empresa de desarrollo de software y, prácticamente, solo vendemos los desarrollos que nosotros realizamos”, explica, para a continuación añadir que “últimamente la empresa está muy centrada en la Inteligencia Artificial aplicada a las líneas de negocio que ya teníamos del pasado”, que son fundamentalmente cuatro.

Cuatro patas

La primera de ellas es la que se enmarca en lo que se conoce como Costumer Experience y gira en torno a aquellos servicios dirigidos a facilitar la comunicación de las empresas con sus clientes, lo cual abarca desde servicios de Contact Center hasta gestión de redes sociales, atención telefónica…

Alisys desarrolla además una segunda línea de negocio focalizada en la infraestructura en la nube privada, “como lo hacen los grandes players, pero dando a los clientes la garantía que da el saber dónde están físicamente sus datos y el conocer de una forma cercana quién los está manejando”, cuenta Eduardo Gómez, quien apunta el tercer eje de trabajo en el que se fundamenta la empresa,  el de “la investigación pura, sobre todo en el ámbito de las funcionalidades o capacidades que pueden desarrollar los robots, fundamentalmente para que éste sea autónomo a la hora de llevar a cabo una misión.

el robot, la gran apuesta

Precisamente, en los últimos años, la compañía ha apostado de manera muy decidida por la que sería su cuarta pata, la robótica, tanto la social, que gira en torno al cuidado predictivo de las personas, es decir que “son robots que van a aprender la rutina de las personas y cuando haya problemas que alteren esa rutina van a ser capaces de detectar que algo falla, y la dinámica, que está relacionada sobre todo con los perros robóticos, que “en realidad son máquinas de transporte, como carritos con patas”, aclara el director general, quien destaca que “con la diferencia de que éstos pueden sortear obstáculos, subir escaleras, sumergirse en el agua… lo cual es prácticamente imposible para los otros vehículos”.

En definitiva, un perro robótico “es una mula de carga, que embarca encima una serie de dispositivos orientados a cumplir una misión. Por ejemplo, “en una fábrica se necesita que alguien haga una ronda de supervisión cada 8 horas, tomando datos, apuntando lo que dicen los manómetros, mirando si hay fugas de agua o de algún líquido…algo que un robot, si se le colocan una serie de sensores, como micrófonos, cámaras de infrarrojos y demás para analizar el entorno y tomar datos, puede hacer”. Y la gran ventaja es que, si en el entorno en el que hay que desarrollar esta labor de supervisión es ruidoso, peligroso, caluroso…la máquina, al ser inerte, no va a sufrir.

“En esta última rama tenemos una actividad muy importante y ahora mismo somos distribuidores a nivel europeo de algún fabricante muy importante”, indica el director general. Paralelamente, el robot dinámico tiene la capacidad de captar muchos datos, que se vierten en los servidores y, tras su análisis, permiten tener una fotografía de lo que está ocurriendo y, en este contexto, el papel de Alisys es el de crear los desarrollos informáticos que permiten capturar y procesar todos esos datos mediante la Inteligencia Artificial y diseñar y configurar los dispositivos que van montados encima del robot.

Al respecto Eduardo Gómez anuncia que, si bien hasta ahora la empresa era distribuidora de los robots producidos por una compañía estadounidense y su labor era la de llevar a cabo los desarrollos informáticos para la captura y procesamiento de todos los datos, acaba de “llegar a un acuerdo con la misma para ensamblar todos sus robots de patas que se vendan en Europa”.

En definitiva, Alisys, que cuenta con 130 trabajadores, es “como si fueran 5 o 6 startups juntas, por lo que podemos ofrecer cosas muy diversas, pero también soluciones tecnológicas de conjunto”.

En este sentido, no es de extrañar, pues, que la compañía, que ya cuenta con sede en Gijón, Madrid, Bogotá y Marruecos, haya decidido asentarse también en Barcelona para tener presencia en Dfactory. “Es un hub de innovación, un ecosistema de empresas en el que muchas de ellas están relacionadas con nuestra actividad y, por lo tanto, podemos colaborar con ellas de una forma muy cercana. Además, también nos sirve de escaparate”, indica el director general.

Un proyecto de La Razón para