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Para celebrarlo, el centro organizó actividades tanto para los residentes como para sus familias con el objetivo de compartir momentos juntos, así como de brindar el apoyo necesario durante esta etapa
Las residencias de mayores representan más que simples espacios de cuidado: son comunidades donde se practica la estimulación cognitiva, se proporciona apoyo emocional y psicológico e incluso en algunos centros se ofrece atención médica. En el caso de las residencias CleceVitam se presta, además, una atención integral tanto a los usuarios como a sus familiares, lo que constituye un pilar fundamental que transforma estos lugares en verdaderos hogares.
Para dar un auténtico sentido de comunidad se desarrollan actividades con diferentes dinámicas para que puedan participar todos los usuarios. Cualquier ocasión es propicia, como ha ocurrido en CleceVitam Bastiagueiro, en A Coruña, que el pasado mes de octubre cumplió dos años, motivo por el cual se organizaron diferentes iniciativas tanto para los residentes como para sus familias. Durante varias jornadas se llevaron a cabo desde propuestas de ocio para compartir, como un taller de cocina o un espectáculo de magia, hasta terapia canina o charlas divulgativas sobre temas que afectan especialmente a las personas mayores. Una de estas fue impartida por Ana Pereira, médico de la residencia, bajo el título ‘Una etapa más en la vida’.
Entender cómo es la tercera edad y los modelos de atención durante este periodo es una parte fundamental tanto para quienes se hallan en este momento de la vida como para sus familias, que, a menudo, son quienes encuentran dificultades para adaptarse a la nueva situación. Así lo explica Pereira, que, durante su charla con motivo del aniversario de la residencia, quiso trasladar a los asistentes en qué consisten los cuidados paliativos y por qué mejoran la calidad de vida de pacientes y familiares.
“Los cuidados paliativos comienzan en el momento en el que se diagnostica una enfermedad e incluyen tanto el tratamiento para el dolor como el apoyo al familiar -explica-, ya que los síntomas son cambiantes y producen un alto impacto emocional y social”.
Es decir, no se trata de adelantar ni de retrasar nada, sino de entender la evolución natural de cada persona para ofrecerle los cuidados necesarios en un entorno cálido y amable. “Es esencial que tanto el usuario como la familia se sientan arropados”, añade la doctora.
Otra de las charlas que se celebraron durante el segundo aniversario de la residencia la impartió Ana Buján, psicóloga especializada en neurociencia cognitiva que trabaja en el Instituto Médico Imaya, un centro ubicado en Vigo que ofrece terapias de vanguardia para la salud mental y el bienestar. La carrera de Buján se ha centrado en los procesos neurodegenerativos y patológicos desde una perspectiva tanto de evaluación como de intervención. De hecho, después de años de investigación, hace tiempo que dejó de trabajar en este campo para dedicarse a un ámbito más clínico, donde se especializó en técnicas de entrenamiento cerebral y neurofeedback.
Como ponente en CleceVitam Bastiagueiro, Buján quiso trasladar estos conocimientos en un lenguaje adaptado para todos los públicos, con especial atención a las familias: “A menudo la persona que sufre la enfermedad durante la tercera edad deja de ser consciente de lo que le pasa, pero sus hijos, hijas, nietos, etc., no. -comenta- Es por eso que siempre me gusta destacar la importancia de pedir ayuda para adaptarse a esta nueva situación”.
Durante su intervención, Buján explicó la vertiente evaluadora de su campo, la neuropsicología clínica, cómo puede ayudar a detectar un posible deterioro emocional y cognitivo y por qué son tan importantes las funciones que se realizan a diario. La traducción más práctica de esto es la creación de planes de intervención que fomenten un estilo de vida activo tanto a nivel físico como mental, o la promoción de una alimentación saludable, entre otros.
Buján destaca la importancia del equipo multidisciplinar que forma parte de la residencia en este sentido: “Tiene que haber quien se ocupe del ocio, que es muy importante en las personas mayores, así como quien se encargue de actividades de estimulación cognitiva y de terapia ocupacional”, señala.
Coincide con esta visión Andrea Tomic, psicóloga de la residencia CleceVitam San Pedro Poveda, en Burgos. Recalca su papel de acompañamiento a los usuarios y a las familias, así como la importancia de coordinarse con otros perfiles para ofrecer una atención integral. “Es muy importante escuchar lo que tienen que decirnos, pero también observar día a día”, asegura.
La evaluación en este centro es continua y, en función de ella, se implementan las actividades adaptadas cuyo objetivo es, por supuesto, que el residente se encuentre lo más a gusto posible, pero también su participación activa en la vida del centro. Así, hay sesiones individuales de terapia, pero también programas de estimulación cognitiva con otros usuarios o sus familias, ejercicios psicomotrices y momentos de ocio. “Somos diferentes profesionales de distintas áreas de trabajo que nos coordinamos para abordar objetivos de manera común”, explica Tomic. Al igual que Pereira en CleceVitam Bastiagueiro, Tomic encuentra en el trabajo con personas mayores mucha gratitud y disfruta dando “apoyo al otro en ese momento de fragilidad que lo necesita”.
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