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protección en internet:
asignatura pendiente

La seguridad en la red, a prueba

Abre los ojos.
Están en todas partes.

Te lo habrán dicho en más de una ocasión, en el amplio espectro que conforma Internet, nada es lo que parece. Además, lo relacionado con la web es un tanto ambiguo y muy confuso; podemos acceder a una cantidad ilimitada de información sin que esto conlleve un desembolso. Pero, ¿realmente navegamos por la red sin ningún coste para nosotros?

Que se lo pregunten al Gobierno de Estonia, a LHC o a las instituciones americanas y rusas, seguro que todos ellos tienen algo que decir al respecto. A pesar de contar con estructuras organizacionales descomunales, todos ellos han sido víctimas de un ciberataque a gran escala, provocando la fuga en masa de millones de gigabytes con información sensible. 

En plena ‘Era de Información’ todos debemos ser conscientes de la enorme importancia que tiene conocer cuáles son nuestros gustos, hobbies, aficiones, datos demográficos y mucho más. Más allá de pertenecer a un tipo de audiencia u otra en función de los anteriores, en la mayor parte de transacciones que se hacen en la web podemos comprometer determinada información personal que, sin que ser consciente en la mayor parte de las ocasiones, podría peligrar. 

Probablemente te hayas hecho esta pregunta en más de una ocasión: ¿cuál es el beneficio de que los gigantes tecnológicos ofrezcan servicios de forma totalmente gratuita para el usuario? ¿Acaso te has preguntado alguna vez qué ocurre con nuestros datos al pulsar el botón de ‘Aceptar’? 

Muy sencillo: los datos que cuentan cómo nos compartamos en el entorno digital se han convertido en el nuevo oro del siglo XXI.

Phishing, carding o vishing son algunos de los delitos más comunes que se producen en Internet, todos en contra de nuestra privacidad.  El phising es la técnica más habitual, mediante la cual los ciberdelincuentes roban tus contraseñas de acceso, primordialmente para hacer compras con la tarjeta de crédito. A través de un correo electrónico (aparentemente normal) reclaman tu atención, notificándote que has ganado un premio o que tienes un mensaje importante que leer. Si el usuario que lo recibe desconoce los peligros de abrir dichos emails o se encuentra en una situación de desesperación, es probable que haga clic en el botón. En ese momento ya no hay vuelta atrás, ya has dado el control de tu equipo a alguien que, a priori, no tiene buenas intenciones.

Desde que se comenzaron a incluir en cualquier dispositivo cámaras para realización de fotos y vídeos, nos resulta de lo más habitual abrir un ordenador portátil y ver un trozo de post-it pegado justo en el objetivo de la webcam. Tu privacidad en formato audiovisual quedaba así protegida contra el vishing. A medida que han mejorado la gama de productos tecnológicos, sus capacidades y funcionalidades, también se han perfeccionado las técnicas de sabotaje por parte de los piratas informáticos, incluso hay veces que tenemos la sensación de que escuchan nuestras conversaciones. ¿Cómo es posible que nos aparezca publicidad de un producto del que hemos hablado sin teclear nada en Google?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Acotado a cada una de nuestras circunstancias, podemos evaluar cuáles podrían ser las consecuencias de contar con un sistema de seguridad informático que garantice la protección de la información que almacenamos. Pero, ¿qué ocurre si el organismo afectado por un ciberataque es una embajada, un banco o un hospital? 

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Ciberdelitos en España durante 2017

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Fraude informático

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Amenzas y coacciones

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Falsificación

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Acceso e interceptación ilícita

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Contra el honor

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Delitos sexuales

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Interferencia en los datos y en el sistema

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Contra la propiedad industrial/intelectual

Lobos solitarios buscan
nuevas presas a las que acechar

¿Qué ocurre cuando no te proteges en Internet?

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