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“No sirve de nada hacer un trasplante si no frenamos la caída y mejoramos la salud capilar”

Valencia, Milán, Palma, Madrid… El Dr. Marco Romagnoli ha extendido su saber hacer por medio mundo, lo que le ha llevado recientemente a ser galardonado con el premio al Médico del Año en Cirugía Capilar otorgado por este mismo periódico. En su clínica en Valencia trata a pacientes con distintos grados de alopecia, y no solo con cirugía, sino también con la nutrición y estilos de vida. Y es que su premisa es que “cualquier tratamiento debe ser lo menos invasiva posible”

¿Por qué preocupa tanto perder el pelo?

El cabello y el papel que otorga a la apariencia de las personas se ha convertido en un elemento muy importante en nuestra sociedad. A lo largo de la historia, la forma en que cada grupo se expresa a través del estilo del peinado es parte de la cultura e incluso está relacionada con el estatus social.  En la Biblia también se menciona la importancia del cabello a través de la figura de Sansón, que pierde su fuerza cuando Dalila se lo corta. O en la justicia inglesa, con las típicas pelucas blancas.

¿Cuáles son las principales causas que veis en vuestros pacientes?

Son muchos los motivos por los que las personas sufren problemas en el cabello, siendo frecuentes los factores genéticos, ambientales, hormonales, nutricionales y en los últimos años, psicológicos, fundamentalmente estrés, ansiedad y alteraciones en el estado de ánimo.

También comentar que comprobamos que cada vez son más los pacientes que presentan problemas capilares (fundamentalmente efluvios) como consecuencia de la COVID-19.

¿Qué tratamientos podemos llevar a cabo cuando empezamos a detectar algún problema?

Los tratamientos van a variar en función de la problemática que presenta el paciente, por este motivo, es recomendable “desconfiar” de aquellos diagnósticos que se hacen online, a través de un cuestionario o de una fotografía.

Es necesario realizar una evaluación completa en la clínica, dónde se tengan en cuentan antecedentes genéticos, análisis de sangre específicos, valorar sus hábitos nutricionales y los factores psicológicos que pueden estar implicados en el problema.

A partir de los resultados obtenidos, se determinará qué tratamiento es el más adecuado, que no es necesariamente un trasplante capilar, pues existen numerosos tratamientos, tanto orales como tópicos, que no solo frenarán la caída, sino que mejorarán el aspecto del cabello.

Y como última alternativa, la cirugía capilar…

La opción de la cirugía capilar es óptima en los casos en que el paciente ha realizado otros tratamientos y no se han conseguido los resultados esperados; o bien cuando no es posible la realización de tratamientos orales y/o tópicos.

Eso sí, hay que dejar bien claro, que el trasplante capilar no es la solución a un problema de alopecia. Los pacientes deben entender y comprender que sufren una enfermedad llamada alopecia que debe tratarse, ya que, si no, el cabello no trasplantado seguirá cayendo y el resultado del trasplante será nefasto.

“Si es un problema leve, podemos solucionarlo con tratamientos naturales o farmacológicos para frenar la caída y aumentar el grosor de cada cabello”

¿De qué técnicas se disponen?

En la actualidad, se disponen de tres técnicas que usamos en cirugía capilar.

La técnica FUSS es la que se lleva utilizando desde hace más tiempo, consiste en extraer una “tira” de piel y cabello de la zona occipital. Una vez separadas las unidades foliculares, estás se trasplantarán en las zonas de alopecia.

La técnica FUE, en la cual se rasura la zona donante (generalmente la occipital), donde se extraen las unidades foliculares una a una para, posteriormente, implantarlas en las zonas necesarias.

Por último, disponemos de la Técnica Non-Shaven-FUE, en dónde solo se rasuran pequeñas porciones de la zona occipital, las cuales quedan perfectamente camufladas con el cabello que no ha sido rasurado. Esto permite que la persona que se somete a una cirugía “camufle” perfectamente que se ha sometido a este tipo de intervención

¿Cuál es su preferida?

Por supuesto la Non-Shaven-FUE. De hecho, mi equipo y yo fuimos los pioneros en España. El motivo fue porque siempre he pensado que cualquier intervención debe ser lo menos invasiva posible y, ahora mismo, es esta. Cogemos cabello a cabello y lo insertamos en la zona indicada. Otra ventaja es que el paciente, cuando sale de la clínica, por lo menos se ve igual de bien que cuando ha entrado. Además, en pocos días ya se ve una evolución favorable porque no tiene que esperar a que le salga todo el cabello para ver los cambios.

Parece muy laborioso…

El trasplante capilar, en general, es un proceso muy laborioso, que requiere de profesionales altamente cualificados, además de una atención sostenida durante mucho tiempo, con el consiguiente agotamiento que produce. En particular, la Non-Shaven-FUE es la más minuciosa y la que más cualificación profesional requiere. Una vez más, el detalle marca la diferencia.

Hay gente que hace grandes viajes buscando el precio o acuden a clínicas low cost… ¿Es aconsejable?

A día de hoy, para nada. Hace unos años, podía llegar a ser incluso entendible. Se trataba de cirugías muy costosas que no todo el mundo se podía permitir. En la actualidad, los precios se han rebajado y son bastante parecidos entre clínicas. Aun así, los pacientes deben saber que, aunque los precios se hayan igualado, las valoraciones clínicas y los resultados obtenidos, no. Es necesario solicitar información acerca del precio de la cirugía, pero mucho más importante, de qué personas van a realizarla, del procedimiento empleado y los resultados obtenidos con pacientes anteriores.

¿A qué te refieres?

En estas clínicas low cost, hablas con un comercial, no con un médico. El médico, muchas veces, solo te ve el día de la intervención, hace su trabajo y pasa al siguiente. Nosotros no somos una cadena de montaje, sino que estudiamos cada caso, vemos la viabilidad de los diferentes tratamientos y elegimos el que más conviene al paciente. Esto se lo comento muchas veces a mis alumnos de la Universidad, y algunos que después han trabajado en este tipo de clínicas me han acabado dando la razón.

Es lo que hablábamos antes de diagnosticar con una fotografía: cada persona es distinta y tiene necesidades diferentes, adaptarnos a ellas y buscar las mejores soluciones es indispensable para poder dar el mejor servicio.

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