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Se caracteriza por la abundancia de alimentos de origen vegetal, el empleo del aceite de oliva como principal fuente de grasa y el consumo moderado de pescados, carne, marisco, aves de corral, lácteos y huevos. Que la dieta mediterránea es saludable y equilibrada nadie lo pone en duda.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la señala como una de las más beneficiosas del mundo y la asocia con una menor tasa de mortalidad. Los alimentos que hemos mencionado están directamente relacionados con la prevención de enfermedades cardiovasculares, cognitivas y diabetes, entre otras. Ahora bien, ¿qué pasa con el vino? ¿Forma parte de esta dieta? ¿Su consumo moderado incide de manera positiva en la salud de adultos sanos?
En lo que llevamos de 2022 se han publicado en España 274 estudios científicos sobre el vino, 15 de los cuales se enmarcan en el ámbito de la nutrición y la dietética. Las evidencias científicas que arrojan estas investigaciones es que si se siguen unas pautas de consumo moderado y no se sobrepasan, el vino puede formar parte de esa dieta mediterránea y, por tanto, de un estilo de vida saludable para personas adultas sanas. Los datos, además, muestran que, de manera comedida, el vino tiene efectos beneficiosos sobre las enfermedades cardiovasculares.
“El vino solo se disfruta con moderación”, este es el claim del movimiento internacional Wine in Moderation, que tiene como objetivo no solo de divulgar aquellos efectos beneficiosos de esta bebida, sino también como prevención del consumo excesivo e irresponsable de cualquier bebida alcohólica.
Este estudio, publicado en Obesity Science & Practice a principios de año, investiga la relación entre alcohol y obesidad a partir de datos de 1.869 personas de entre 40y 80 años en Reino Unido. Sus resultados revelan que el consumo de vino, en comparación con otras bebidas alcohólicas, guarda menos relación con el tejido adiposo visceral, es decir, la grasa que se acumula en el abdomen.
El pasado mes de mayo la revista Frontiers in Nutrition publicaba un estudio acerca de la relación inversa entre el consumo moderado de vino y el riesgo de deterioro cognitivo en personas con más de 65 años. Los resultados indican que un consumo igual o menor de 30 gramos al día en hombre o igual o menor de 20 gramos al día en mujeres se asociaba a tener un 41% menos de riesgo de sufrir deterioro cognitivo.
A partir de datos de 908 hombres de entre 56 y 67 años sin enfermedades cardiovasculares previas, esta investigación estudió la relación entre el consumo ligero de vino y el riesgo cardiovascular y cardiometabólico que, concluyó, continúa siendo menor en comparación con quienes lo consumen de manera esporádica (1-4 bebidas cada 14 días).
En este sentido, existe otro estudio donde los investigadores analizaron la evidencia científica disponible hasta la fecha (se publicó en mayo de este año) entre el nivel de consumo de vino y la salud cardiovascular. Después de repasar 56 estudios observacionales que reunían a un total de 1.579.435 participantes, llegaron a la conclusión de que un consumo moderado se asocia a un menor riesgo de cardiopatía coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardiovascular en comparación con otras bebidas.
“El consumo moderado de vino dentro de una dieta equilibrada y saludable se ha asociado a un menor riesgo de deterioro cognitivo. Esto puede deberse a que algunos de los componentes presentes en el vino, como el resveratrol, los ácidos fenólicos y los flavonoides, podrían tener un efecto neuro protector y antioxidante, lo que a su vez podría tener repercusión en la incidencia de patologías como la enfermedad de alzheimer”.
Son sustancias no nutritivas, pero que se distribuyen en diferentes alimentos de origen vegetal, como la uva. Los polifenoles no aportan calorías, pero impactan en el organismo gracias a su poder antioxidante. A partir de diversos estudios, se sabe que tienen acción vasodilatadora, antiinflamatoria, antitrombótica y antiaterogénica. Una alimentación rica en polifenoles, por tanto, tiene un valor añadido para nuestra salud.
En este sentido, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) es una entidad sin ánimo lucro dedicada a la investigación de los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino sobre la salud. Su principal misión es comunicar a la comunidad médica todos aquellos estudios, contrastados científicamente y de forma objetiva, que demuestran que el vino posee diversos componentes que aportan beneficios para salud. Además, en su plataforma “La Ciencia del Vino” comparte todos los estudios e informaciones avaladas y reconocidas por un comité científico formado por médicos e investigadores de reconocido prestigio.
El consumo de vino se asocia con el joie de vivre, con disfrutar en común en torno a una mesa, con deleitarse tranquilamente con sus matices y llevar una vida saludable
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