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El testamento solidario es una fórmula que está ganando cada vez más éxito y que puede regalar una nueva vida a quien más lo necesita.
Una muestra de cómo el patrimonio de toda una vida puede seguir contribuyendo al bienestar de todos después de la misma.
Esta es la historia del taxi de Eusebio.
Eusebio –Busi, como le conocen en el gremio- lleva subido al taxi toda la vida. Desde que lo heredó de su padre, antes, incluso, de que la Plaza de Castilla, fuera tal-, este coche ha sido su fiel compañero, lo que le conectaba con el mundo exterior y con las miles de personas a las que ha llevado después de toda una vida de carreras.
El taxi ha sido su sustento y, gracias a él, ha podido darle a su familia una casa donde vivir y, a sus hijos, una carrera, pero de las que duran varios años y se hacen en la universidad.
A medida que va pasando el tiempo, Busi cada vez piensa más en el futuro y en cómo poner en orden sus asuntos cuando ya no esté. Por ejemplo, en qué hará con el patrimonio de toda una vida: su casa de Madrid, una casa en el pueblo, unos ahorrillos, la licencia del taxi y el propio taxi. Por fin, toma una decisión.
“Después de hablar con mi mujer y mis hijos lo tengo muy claro”, añade con un brillo de satisfacción en la mirada. “Todo se lo dejo a mis hijos, junto con el dinero que saqué con la venta de la licencia, pero el taxi se lo voy a dejar a Cruz Roja. Quiero que continúe dando guerra. Me gustaría que siga circulando por las calles de Madrid siendo todavía útil para la gente que lo necesita. Para que les siga llevando allá donde quieran, aunque sea de manera diferente a lo que suele hacer un taxista”.
Esto que Busi se plantea es un testamento solidario. Se trata de una fórmula que está ganando cada vez más éxito y que puede regalar una nueva vida a quien más lo necesita. Un ejemplo de cómo el patrimonio de toda una vida puede seguir contribuyendo al bienestar de todos después de la misma.
Y es que cualquier ocasión es buena para poner en orden nuestras cosas con lo que hemos ganado con nuestro esfuerzo y expresar nuestro deseo de qué ocurrirá cuando ya no estemos. Así, ganamos en tranquilidad y sentiremos que estamos cuidando, ya desde la vida, a nuestros familiares y seres queridos. pero ¿y si, además, pudiéramos contribuir a dejar un mundo mejor del que nos encontramos?
El legado solidario es una forma de extender nuestra generosidad en vida, devolviéndole a la sociedad un poco de lo que la sociedad nos ha dado y apostando por causas sociales que sean positivas para otros que lo tienen más difícil.
Afortunadamente, cada vez son más las personas que deciden hacer este tipo de testamento y, también, mayores las cantidades recaudadas. En 2021, de hecho, la cifra en este tipo de donaciones fue de 40 millones de euros, lo que supuso un 30% más que en el año anterior.
Sin embargo, todavía existe mucho desconocimiento sobre esta acción que puede cambiar la vida de otras personas.
Por un lado, el testamento solidario es una donación que se hace a futuro, sin que se vean afectados los herederos, en el caso de que los haya, como es el caso de Busi.
Y es que en un testamento, la herencia se divide en tres tercios: uno, llamado la legítima, reparte los bienes mínimos según la ley para los herederos que así estén considerados; el segundo tercio, permite mejorar esa herencia, aumentando el mínimo que exige la norma; y el tercero, que es de libre disposición, se puede dedicar a lo que deseemos, como por ejemplo, un acto solidario.
Y no solo es posible donar cantidades en metálico: se puede entregar cualquier cosa que sea susceptible de contar con un valor material o funcional para la organización que lo recibe, como obras de arte, joyas, valores, vehículos, inmuebles…
Francisco Javier Guede Gómez, Coordinador de Transporte Sanitario Urgente (TSU) y de Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias (ERIEs) de Cruz Roja en la Comunidad de Madrid, nos cuenta que está creciendo el número de vehículos donados a la organización procedentes de legados solidarios.
“Estos vehículos se incorporan a la Flota de Socorro y son de gran utilidad. Sirven de apoyo a las emergencias o servicios preventivos, por ejemplo, para desplazar al Jefe de Operaciones y evitar así el uso de vehículos especiales destinados a cometidos mucho más importantes. Además, al ser más pequeños en relación a los vehículos que manejamos habitualmente, pueden llegar a lugares de difícil acceso o aparcamiento”, cuenta.
Además, a estos vehículos donados se les otorga otros usos alternativos, pero igual de útiles para la labor solidaria. Por ejemplo, sirven de apoyo en el desarrollo de las actividades que Cruz Roja lleva a cabo a diario, como asistencias domiciliarias, traslados de personas mayores y niños a Centros Asistenciales de la organización, transporte de material y un largo etcétera.
Por eso, cuando Busi ya no esté, podrá tener la seguridad de que su taxi seguirá estando en servicio, llevando medicinas, psicólogos, voluntarios, comida, pañales, material escolar… No son las típicas carreras que un taxi suele hacer, pero son igual o más importantes. Especialmente para las personas que lo necesitan.
Y todo, gracias al legado solidario, una fórmula única de hacer que los frutos de nuestro trabajo sean las oportunidades de futuro que otras personas necesitan. Sin apenas coste, solo son necesarios los aproximadamente 50 euros que supone registrar el testamento ante notario.
Un proyecto de La Razón para