Powered by

Cepsa_Logo

Energía a partir de residuos, las claves del biometano

Es una idea simple pero poderosa: convertir lo que no sirve en lo que mueve el mundo. En silencio y sin hacer demasiado ruido, los biocombustibles 2G se están forjando un papel cada vez más importante en la transición hacia un futuro energético más sostenible. Producidos a partir de residuos orgánicos como aceites usados de cocina y desechos agrícolas, ya son una alternativa real a los combustibles fósiles en sectores tan importantes como el transporte o la industria.

front view Cargo Container ship in the ocean ship carrying container and running

Dentro de su estrategia “Positive Motion”, Cepsa hace una apuesta en firme por el biometano como una palanca clave en el proceso de descarbonización de la energía, que además aprovecha todas las ventajas de la economía circular.

La energética ha anunciado el desarrollo de hasta 15 plantas de producción de biometano en colaboración con Kira Ventures. Se prevé que estas instalaciones, que utilizarán residuos agrícolas y ganaderos, estén operativas entre 2025 y 2027 y jugarán un papel crucial en la descarbonización de la industria.

Asimismo, Cepsa también se ha aliado con PreZero España para el desarrollo conjunto de plantas de biometano. De hecho, la primera, con una capacidad prevista de hasta 100 GWh, estará situada en las instalaciones de Cepsa en Huelva y servirá para producir energía renovable para el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde y la nueva planta de biocombustibles de segunda generación (2G) de Cepsa.

Biometano: convertir lo que no sirve en lo que mueve el mundo

El biometano es un tipo de gas natural renovable obtenido a partir del tratamiento de residuos. Se produce mediante la purificación del biogás producido por desechos agrícolas, ganaderos e industriales. No solo consigue una importante reducción de las emisiones de CO2; además, se puede utilizar de manera instantánea, ya que no requiere modificación de las infraestructuras existentes.

En España, el biometano tiene el enorme potencial de transformar el sector energético. Este es el enfoque de Cepsa, que ha establecido alianzas estratégicas con actores clave del sector como Kira Ventures o PreZero España para avanzar en los objetivos marcados en cuanto a descarbonización y el impulso de la economía circular.

Durante su ciclo de vida, el biometano permite reducir más de un 90% las emisiones de CO2 respecto al gas natural y puede emplearse de inmediato, al no requerir ninguna adaptación en las industrias o redes de transporte.

Las claves de los biocombustibles 2G

Lo que alguna vez fue considerado un simple desperdicio hoy se convierte en una fuente de energía renovable con un impacto ambiental mucho menor. Con una capacidad para reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 en todo su ciclo de vida, en comparación con los combustibles tradicionales, los biocombustibles 2G están ganando terreno rápidamente gracias a su compatibilidad con las infraestructuras y motores existentes. Su producción y uso también fomentan la diversificación de las fuentes de energía, un componente crucial para alcanzar la ansiada independencia energética.

Lo mejor de todo es que esta transformación ya está en marcha, con compañías como Cepsa liderando el camino hacia un futuro donde la sostenibilidad y la eficiencia no están en conflicto, sino que son dos caras de la misma moneda.

Entre las ventajas que presentan los biocombustibles 2G:

Aerial view of red speed train moving near river in mountains

Transporte e industria

Los biocombustibles pueden reemplazar a los combustibles tradicionales tanto en su estado líquido (como sustitutos del diésel, la gasolina o el queroseno) como gaseoso (sustituyendo al gas natural o al GLP -gas licuado de petróleo-).

A pesar de que el uso en la industria, la aviación o el transporte marítimo todavía no está tan extendido, aunque ya se va avanzando en ello, la utilización de biocombustibles es habitual en el transporte por carretera. En España se utilizan desde hace años en motores diésel y gasolina, mezclados con combustibles convencionales. La obligación en 2024 de incorporación de biocombustibles en el transporte rodado es de un 11%, un porcentaje que se irá incrementando hasta llegar al 12% en 2026

Uno de los biocombustibles más destacados es el biodiésel (FAME), obtenido a partir de la transesterificación de aceites y grasas. Puede mezclarse con el diésel convencional -hasta un 7% en transporte por carretera y hasta un 100% en el sector marítimo- y ofrecer, así, una alternativa más sostenible. El diésel renovable (HVO) también está ganando terreno, ya que puede sustituir completamente al diésel en el transporte terrestre y marítimo.

En el ámbito de la aviación, el Combustible Sostenible de Aviación (SAF, por sus siglas en inglés) es la gran promesa si hablamos de la descarbonización de los vuelos. Derivado del hidrotratamiento de aceites y grasas, se permite mezclar con queroseno, según los estándares actuales, en hasta un 50%. Otros biocombustibles son el Bioetanol, obtenido de la fermentación de azúcares vegetales, el Bioautogás (bio GLP), producido a partir de residuos agrícolas, aguas residuales y residuos urbanos biodegradables, y el biometano, que ya se utiliza como sustituto del gas natural en la industria y en movilidad para sustituir al gas natural licuado y al gas natural comprimido.

Estos combustibles sostenibles no solo contribuyen a reducir las emisiones de CO2, sino que también fomentan la economía circular y la sostenibilidad en diversos sectores.

La importancia de la producción

Cepsa se ha propuesto liderar la producción de biocombustibles 2G en España y Portugal.  En febrero de 2024 la compañía anunció el comienzo de la construcción, junto a Bio-Oils, de la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa, mediante una inversión de hasta 1.200 millones de euros, en el Parque Energético “La Rábida”, en Palos de la Frontera, Huelva.

La nueva planta, cuya puesta en marcha está prevista en 2026, utilizará desechos agrícolas y aceites usados de cocina como materia prima y tendrá una capacidad de producción flexible de 500.000 toneladas de diésel renovable y combustible sostenible para la aviación (SAF), destinados al transporte aéreo, marítimo y terrestre.

En comparación con los combustibles tradicionales, los combustibles renovables desarrollados en este complejo desarrollado por Cepsa y Bio-Oils evitarán la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales.

Este año, Cepsa y Bio-Oils han comenzado la construcción de la mayor planta de biocombustibles de segunda generación (2G) del sur de Europa.

Captura de pantalla 2024-09-12 a las 18.19.09

La iniciativa de Cepsa no solo representa un avance para la compañía, sino también una oportunidad para que España consolide su liderazgo en la producción de energías renovables. Con una estrategia alineada con la iniciativa REPowerEU, que busca reducir la dependencia de combustibles fósiles en Europa, y los ODS de la Agenda 2030, España se posiciona para aprovechar su potencial en la transición energética.

Un proyecto de La Razón Content para