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Guía de un fisio para el dolor muscular

Todos hemos estado ahí: lo que empieza como un pequeño dolor de espalda se transforma en una molestia que te acompaña de sol a sol. ¿Cuál es la solución a un problema así, que puede limitar nuestro día a día de muchas maneras? Las analizamos junto al fisioterapeuta Pablo de la Serna.

Antes de entrar en el detalle de cómo poner solución a un dolor muscular (que habitualmente se focaliza en la espalda), conviene ahondar en las implicaciones de esas molestias, que van más allá de lo físico. Porque, sí, el dolor muscular se traduce en una disminución de la movilidad, con todo lo que eso implica, pero también tiene un impacto social y emocional. 

 

¿Cómo paliar el dolor muscular?

Es la pregunta que emerge en nuestra cabeza cuando padecemos esas incómodas molestias musculoesqueléticas, sea cual sea nuestra edad. Una opción son los medicamentos, analgésicos orales, que deben ser recetados por el médico de cabecera o el traumatólogo o recomendados por el farmacéutico.

Según un estudio elaborado por Ipsos, el 83% de los europeos de entre 18 y 70 años sufre algún tipo de dolor. Pese a ese amplio porcentaje, el mismo informe detalla que los españoles son reticentes a tomar medicamentos para afrontar esas molestias.

¿Otra solución? Los geles y ungüentos. Sobre ellos, el experto en fisioterapia sostiene: “Son predecibles en su funcionamiento y también en el grado en el que van a paliar las molestias que tenga el paciente, aunque los efectos pueden tardar un tiempo en notarse y necesitan que se dedique un rato para aplicarlos”.

 

Los beneficios de la terapia de calor

En ese contexto, una tercera opción emerge como solución, la terapia de calor ,fácil de aplicar en casa con el uso de parches térmicos. “Son eficaces y a la vez una solución natural, ya que no contienen medicamentos”, indica De la Serna. 

“Al colocarse sobre la piel, liberan calor de manera constante, aliviando el dolor y ayudando a la reparación de los tejidos. Todo esto se traduce en una mayor calidad de vida de las personas que sufren dolores de espalda provocados por lesiones musculares”, desgrana el fisioterapeuta.

Con todo esto, ¿cómo elegir el tratamiento más adecuado para nuestras necesidades? “Todas las opciones son válidas, tienen sus beneficios particulares y, lo más importante, pueden combinarse entre sí para multiplicar los efectos positivos y calmantes”, expone Pablo de la Serna. 

Así, pueden tomarse los analgésicos orales para el dolor más severo y “combinarlos con el uso parches de calor para obtener un efecto menos invasivo y a la vez relajar los músculos”. Igualmente, se pueden emplear geles o cremas en casa “y fuera del domicilio, sobre la piel limpia, aplicar un parche de calor para un efecto más duradero, optando así por una combinación poco invasiva y bastante natural”, ejemplifica el experto.

De la Serna concluye: “A todo ello, se puede sumar la ayuda de la fisioterapia como tratamiento de base y de mantenimiento en aquellas personas más proclives a sufrir dolores de espalda por su edad, estilo de vida o condición física”.

Con la terapia de calor como base y los analgésicos orales o tópicos como complemento, podemos configurar nuestro tratamiento para hacer frente a esos dolores musculares que limitan nuestro día a día. ¡Que nada nos pare!

 

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