En ese contexto, una tercera opción emerge como solución, la terapia de calor ,fácil de aplicar en casa con el uso de parches térmicos. “Son eficaces y a la vez una solución natural, ya que no contienen medicamentos”, indica De la Serna.
“Al colocarse sobre la piel, liberan calor de manera constante, aliviando el dolor y ayudando a la reparación de los tejidos. Todo esto se traduce en una mayor calidad de vida de las personas que sufren dolores de espalda provocados por lesiones musculares”, desgrana el fisioterapeuta.
Con todo esto, ¿cómo elegir el tratamiento más adecuado para nuestras necesidades? “Todas las opciones son válidas, tienen sus beneficios particulares y, lo más importante, pueden combinarse entre sí para multiplicar los efectos positivos y calmantes”, expone Pablo de la Serna.
Así, pueden tomarse los analgésicos orales para el dolor más severo y “combinarlos con el uso parches de calor para obtener un efecto menos invasivo y a la vez relajar los músculos”. Igualmente, se pueden emplear geles o cremas en casa “y fuera del domicilio, sobre la piel limpia, aplicar un parche de calor para un efecto más duradero, optando así por una combinación poco invasiva y bastante natural”, ejemplifica el experto.
De la Serna concluye: “A todo ello, se puede sumar la ayuda de la fisioterapia como tratamiento de base y de mantenimiento en aquellas personas más proclives a sufrir dolores de espalda por su edad, estilo de vida o condición física”.
Con la terapia de calor como base y los analgésicos orales o tópicos como complemento, podemos configurar nuestro tratamiento para hacer frente a esos dolores musculares que limitan nuestro día a día. ¡Que nada nos pare!