El futuro de la movilidad
conducción autónoma
100% eléctrica
sostenible
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La movilidad está cambiando: nuevos hábitos en el día a día de las personas, nuevos medios de transporte, alternativas de combustible… ¿Qué papel ocupan los vehículos en esa transformación? En este escenario la conocida marca surcoreana Hyundai, que ocupa los primeros puestos como fabricante de automóviles a nivel mundial, ha lanzado la hoja de ruta a seguir en los siguientes años que pone el foco en tres objetivos básicos: electrificación, innovación y sostenibilidad.
Desde hace décadas, los principales fabricantes de automóviles en todo el mundo trabajan para mejorar los sistemas de asistencia a conductores. Si bien entonces esta especie de boom de la conducción autónoma sonaba a ciencia ficción, en 2004 ya se estaban realizando las primeras pruebas con tal éxito que, actualmente, son una realidad con previsiones muy halagüeñas de cara al futuro.
Gracias al inmenso potencial de compañías como Hyundai, los modelos autónomos se presentan como una alternativa capaz de convencer con diferentes argumentos: movilidad más eficiente y asequible, menos emisiones, ahorro de recursos, control del tráfico… Las ventajas que presenta este tipo de conducción combinan a la perfección la seguridad con la sostenibilidad sin perder de vista, eso sí, que seguirá necesitando de la presencia humana durante mucho tiempo en determinadas situaciones.
Explorar nuevas formas de movilidad es clave para trabajar en los transportes del futuro, pero Hyundai va un paso más allá. La adquisición de Boston Dynamics por parte de Hyundai y la creación de CRADLE, una comunidad de innovación local, fomentan el compromiso de la marca con el futuro de la movilidad. Esta asociación permite crear sinergias tecnológicas realmente interesantes para lograr avances en inteligencia artificial y robótica.
Los robots en los que actualmente se está trabajando – como el robot móvil Spot – están diseñados para fomentar operaciones más seguras y eficientes en entornos industriales como, por ejemplo, inspecciones en sectores como el de la energía o la construcción.
Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la industria de la automoción en la actualidad no solo es ofrecer vehículos sostenibles, sino conseguir transformar toda la cadena de producción en un proceso respetuoso con el medio ambiente en línea con la Agenda 2030.
En este sentido, Hyundai extiende este objetivo a toda su flota y a su cadena de fabricación a partir de, por ejemplo, uso de materiales ecológicos o reciclaje de residuos. El objetivo es que en 2035 la flota sea 100% eléctrica e invertir en nuevas formas de energía más limpias – como el hidrógeno, una fuente de energía alternativa muy eficiente y capaz de generar energía produciendo únicamente calor y agua – para eliminar por completo la huella de carbono en 2045.
Tras décadas apostando por soluciones responsables con el cuidado del medio ambiente, Hyundai ha lanzado una completa gama de automóviles cuya principal premisa es la sostenibilidad. La surcoreana es a día de hoy la única marca que ofrece modelos con las cinco tecnologías eléctricas: híbrida 48V, híbrida, híbrida-enchufable, eléctrica y pila de hidrógeno.
En este marco surgió el que ha sido nombrado como Coche Mundial del año 2022: IONIQ 5, nuevo modelo SUV eléctrico revolucionario. Se trata de un vehículo 100% eléctrico que incorpora algunas novedades además de su llamativo diseño, como son la recarga ultrarrápida y el uso de materiales ecológicos provenientes de fuentes sostenibles, como botellas PET recicladas, cuero ecoprocesado con extractos vegetales o hilos de lana natural, entre otros.
Almacenar energía procedente de fuentes renovables y devolverla a la red en momentos de máxima demanda es posible gracias al poder de la innovadora tecnología Vehicle-to-Grid (V2G), que beneficia tanto a los propietarios de vehículos eléctricos con baterías como a la sociedad en su conjunto.
La implantación de esta tecnología que Hyundai ya está probando en varios modelos IONIQ 5 en Países Bajos y Alemania, supone un gran paso hacia la descarbonización del sistema eléctrico, además de fomentar un mayor equilibrio en la red y una reducción de los costes operativos.
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