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sweet home
no es una casa, es tu hogar
Esa sensación que te invade el cuerpo cuando llegas a casa después de un largo y duro día de trabajo, te descalzas y te sientas en el sofá junto a tu familia. La satisfacción más absoluta. Porque, por mucho que digan, el hogar no es solamente el sitio en el que vivimos, ni mucho menos una simple casa de ladrillo.
A decir verdad, un hogar es la gente que vive dentro, con la que compartimos días y noches. Es el calor de llegar a casa un día de invierno, las prisas y el sueño una mañana de lunes o un desayuno relajado el domingo. Pero sobre todo, un hogar es el espacio que compartimos con las personas que de verdad nos importan.
El calor de un hogar no lo dan los 24 grados centígrados que aparecen en el panel de nuestro climatizador. La temperatura influye, pero existen una serie de requisitos que son fundamentales para vivir en un lugar realmente acogedor.
Mantener una temperatura idónea en la casa es un bien necesario, como lo son el poder disfrutar de una ducha de agua caliente, poder enchufar la freidora mientras termina la lavadora o tener la iluminación necesaria en cada rincón. Todos ellos favorecen la comodidad de tu hogar.
La otra cara de la moneda son los imprevistos: ninguno de nosotros quiere preocuparse de la caldera, de la instalación, del enchufe del frigorífico, del microondas o del radiador del salón que no funciona. Este es el motivo principal por el que es cada vez más frecuente recurrir a una instalación de electricidad que sea segura, a la vez eficiente en el consumo y de la que no tengamos que preocuparnos gracias a un servicio de asistencia.
Porque justo el día menos indicado, te quedas sin suministro. La cena en familia que habías preparado días atrás empieza a peligrar en el momento en el que vas a encender el horno y… No, no funciona. Como si la vida, ya de por sí, no tuviera suficientes complicaciones como para tener que preocuparnos de más cosas.
En la mayoría de la veces, la tranquilidad se rodea de comodidad, ambiente familiar, desahogo y confort.
Por mucho que lo intentemos, el tiempo tampoco corre a nuestro favor; cada vez vivimos más rápido, lo que nos impide prestar toda la atención requerida a determinadas cuestiones de importancia pseudo extrema. A sabiendas de que nos falta el tiempo, ¿por qué seguir añadiendo más preocupaciones? No somos amigos de los agobios ni las esperas, esas en las que tiene que venir el técnico a diagnosticar qué falla en tu casa y arreglarlo. Nada de eso.
Y cómo no, ¡nos gusta mirar por el ahorro!
Cualquier imprevisto conlleva un gasto. Entre materiales, mano de obra y desplazamiento en reparaciones de urgencia con lo que nos obliga a desembolsar una cantidad de dinero que, en otras circunstancias, habríamos preferido no hacerlo. Ante la falta de previsión y de planificación, tragamos saliva, asumimos y afrontamos la situación como buenamente podemos.
Aunque ahorrar tiene otras acepciones alejadas de pagar menos en tus facturas. Muchas veces, el ahorro requiere de actitud y mentalidad para explorar opciones innovadoras que nos ayuden a conseguirlo. ¿Y si además de ahorrar pudieras aprovechar la luz del sol para abastecer energéticamente tu casa?
¡La cosa cambia!
Como compañía líder en nuestro país de soluciones de energía renovable, Iberdrola cuenta con Smart Solar, una iniciativa propuesta para que cada uno de nosotros podamos generar la totalidad de la energía que consumimos a través de paneles fotovoltaicos. Una conexión al sol sencilla e inteligente que ha sido concebida en torno a criterios de eficiencia y comodidad.
Al ahorro en la factura de la luz hay que sumarle la posibilidad de conocer y controlar tu consumo energético cuándo y dónde quieras. Con la particularidad de que se trata de una solución integral con todo lo que un hogar necesita, incluso la tramitación de ayudas y subvenciones públicas que existen actualmente en España.
Si bien se trata de una solución que pasa por la sostenibilidad energética, también cuenta con flexibilidad para adaptarse a diferentes áreas de aplicación, sin importar que se trate de un uso por parte de empresas, pequeños agricultores o un uso residencial en viviendas. Casas en las que, cada día es más frecuente ver este tipo de paneles debido a su enorme potencial y los beneficios asociados a esta conexión al sol.
«Llevaba mucho tiempo siguiendo la energía solar y me sorprendía las pocas instalaciones que veía en entornos domésticos. Al final, movidos por esta curiosidad, decidimos hacer números y vimos que era una opción muy interesante. Finalmente, decidimos instalarla». Esta fue la reflexión de un Iñaki (Navarra), pero bien podría ser una situación que pase por la cabeza de multitud de ciudadanos.
Uno de los valores añadidos de optar por Smart Solar es que ahorras costes a la vez que utilizas energía 100% limpia. «Además de disminuir la factura eléctrica y contribuir al medioambiente, tenemos un sistema de almacenamiento y somos capaces de almacenar los excedentes y poderlos utilizar en los momentos en los que no tenemos recursos solares». Se trata de un proceso simple, en el que la compañía gestiona los permisos necesarios para implantarla y su instalación, facilitando en gran medida la adopción de este tipo de soluciones energéticas.
Por si esto fuera poco, el abastecimiento de tu hogar con energía solar te permite disfrutar de ventajas fiscales, dado que ya existen 1.500 municipios en España en el que ofrecen rebajas en el IBI por su instalación y se aplican exenciones de pago. Con la entrada en vigor de la nueva normativa sobre la compensación de excedentes, podrás beneficiarte de un ahorro de hasta el 46% anual en la factura de la luz. Razones de peso que nos indican que la evolución hacia la autoproducción de energía solar fotovoltaica estás más cerca que nunca.
«La verdad es que está conectada constantemente, funciona de forma totalmente autónoma y no precisa de ningún tipo de supervisión. Sé que esta inversión ha aumentado el valor de mi vivienda y ha mejorado su calificación energética», zanja Iñaki.
En definitiva, y digan lo que digan, el hogar es mucho más que un sitio en donde que vivir. Es el sitio en el que sabes fehacientemente que no te va a faltar nada, donde te sientes protegido, resguardado del frío y del calor, donde te relajas en días festivos, el lugar donde hacer piña con tu familia, donde se producen las celebraciones de cumpleaños de hijos e hijas, las comidas entre amigos y las largas cenas de Navidad. A eso lo llamamos hogar.
Un proyecto de La Razón para