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La importancia de la visión intermedia o visión funcional

La vista es uno de nuestros sentidos más preciados, especialmente en el caso de las personas mayores.También es uno de los más castigados por nuestro estilo de vida actual. Pantallas de todo tipo, mala calidad del aire, interminables jornadas de trabajo, calefacciones… Son muchos los factores que afectan a nuestros ojos y en concreto a la gran desconocida que es la visión intermedia, que es precisamente la que los mayores necesitan para su autonomía personal

Todos sabemos si vemos bien “de cerca” o “de lejos”, pero ¿qué hay de todas esas cosas que están en medio? La visión intermedia es, según los expertos, un tipo de vista que, sobre todo, los mayores de 60 años usan a diario y que, sin embargo, no suele vigilarse como el resto.

Se trata de la vista que aprecia todo lo que hay entre los 40 y los 90 centímetros de distancia y que se usa en actividades esenciales del día a día, como aquellas relacionadas con nuestra autonomía personal. Comer, conducir o asearnos son algunas de las acciones en las que empleamos la vista intermedia y, tanto es así, que los especialistas como el doctor Alfonso Arias, la llaman la “visión funcional”.

De acuerdo con la encuesta “Visión y actividades cotidianas de los mayores españoles”, desarrollada por la Cátedra en Generación de Valor y Salud Visual de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, 1 de cada 3 actividades cotidianas de los mayores de 60 años la realizan utilizando la visión intermedia

Y es que es también a esta edad cuando hacemos un uso muy notable de la vista intermedia. Según los expertos, las personas mayores utilizan cada vez este tipo de visión, una tendencia que venía antes de la pandemia, y que se ha consolidado durante la emergencia sanitaria.

¿El motivo? Ahora pasan más tiempo en casa, cocinando, en transporte privado para evitar aglomeraciones, o delante del ordenador y otras pantallas que les ayudan a mantener el contacto con sus seres queridos.

Para llevar a cabo el estudio, se identificaron 35 actividades cotidianas de una semana normal en la vida de una persona mayor de 60 años. A continuación, se pidió a los encuestados que segmentaran esas mismas actividades en función del tipo de visión que requieren: cercana (a menos de 40 cm), intermedia (entre 40 y 90 cm) y lejana (más de 90 cm).

De esta investigación se extrajo que el 36,9% de las actividades necesitan de la visión intermedia. Dentro de ese porcentaje, encontramos tareas imprescindibles en el día a día de cualquier persona mayor de 60 años, como es utilizar los cubiertos, cocinar, asearse, usar el ordenador o conducir. Es más, de las 10 actividades realizadas con mayor frecuencia por las personas mayores, 6 se llevan a cabo con la visión intermedia:

 

 

 

 

 

 

 

Actividades realizadas por los mayores con más frecuencia

Tipo de visión usada

 

 

 

 

 

 

 

1

Consultar el móvil

Visión de cerca

 

 

2

Consultar el reloj

Visión de cerca

 

 

3

Mirar por el espejo retrovisor del coche

Visión intermedia

 

 

4

Ver la televisión

Visión de lejos

 

 

5

Utilizar cubiertos para comer/separar alimentos

Visión intermedia

 

 

6

Ver obstáculos como escaleras, aceras o piedras

Visión de lejos

 

 

7

Utilizar el ordenador de sobremesa

Visión intermedia

 

 

8

Cocinar

Visión intermedia

 

 

9

Utilizar el ordenador portátil

Visión intermedia

 

 

10

Cortar/trocear/limpiar alimentos

Visión intermedia

 

 

 

 

 

 

Durante una rueda de prensa, los doctores Alfonso Arias -director de la Cátedra en Generación de Valor y Salud Visual de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Profesor Titular de Oftalmología de este mismo centro y presidente de la Sociedad Oftalmológica de Madrid- y Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, señalaron algunos datos relevantes sobre esta visión, la más desconocida para los mayores españoles.

 «A la visión intermedia no le damos la importancia que se merece«, comentó el doctor Ángel Gil en el encuentro, «y por eso, esta encuesta es muy relevante«.

Según el doctor Arias, “resultados como los de la encuesta son los que nos hacen hablar ya a los oftalmólogos de “visión funcional” para referirnos a la visión intermedia, pues es la que permite la funcionalidad a los mayores, es decir, la autonomía personal para el desarrollo de su vida diaria”. Durante la rueda de prensa, se puso de manifiesto que algo tan sencillo como bajar unas escaleras en el hogar puede llegar a ser un problema, ya que se utiliza la visión intermedia «para percibir el relieve de los escalones» y muchas veces estos quedan difuminados o borrosos para las personas mayores.

Además, es importante no olvidar las implicaciones sociológicas y psicológicas de tener una mala vista intermedia. Como apunta el doctor Gil, “hay muchos hogares en los que la gente mayor vive sola y las dificultades en la visión pueden contribuir a convertirla en dependiente. Cuando hay una pérdida de autonomía, suele ir asociada al aislamiento, a quedarse en casa y no hacer determinadas tareas. Esto merma la calidad de vida y, a su vez, produce una afectación psicológica importante”. En el plano de la salud física, existe además una clara correlación entre los problemas visuales, las actividades en el hogar y la frecuencia de caídas y fracturas. 

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