Cuando se habla de videojuegos, suele hacerse desde una perspectiva negativa en la que solo se percibe una atmósfera de violencia y brutalidad. Sin embargo, a veces, aunque pueden servir de escenario para comentarios o actitudes censurables, no lo son más que un campo de fútbol o el patio de un instituto.
Entonces, ¿puede ser que el problema con los videojuegos tenga que ver más con la cultura de “fuera” que con el juego en sí?
Not a game es un documental que aborda el papel de los videojuegos en la socialización de nuestros niños a través de la visión de especialistas, gamers y figuras destacadas del gaming y los eSports, yendo más allá de la alarma fácil e investigando las posibilidades de futuro de un mundo que, a los adultos, por desconocido, les produce cierto recelo.
Pero, sobre todo, Not a game muestra cómo los videojuegos han cambiado radicalmente la vida de algunos chavales.