Aunque también pasaremos tiempo tomando el sol en la playa mientras nos refrescamos a base de daikiris, hemos venido a disfrutar de la parte más aventurera y divertida de la isla. A priori, estamos convencidos de cumplir con todo aquello que hemos planeado.
La cámara de fotos está cargada. ¡Allá vamos!
Cayo Levantado
El primer día fuimos a visitar un islote de poco más de un kilómetro de extensión, un lugar de sobra conocido para los turistas. Cayo Levantado te recibe con aguas turquesas y playas de arena fina, mientras que en sus adentros la vegetación se torna muy densa, más propia del Amazonas.
Las condiciones lo permiten, así que vamos a aprovechar el tiempo que tenemos para conocer la fauna marina de la zona. Sin pensarlo dos veces echamos mano a nuestras gafas y tubo para respirar, nos lanzamos al agua y comenzar con el snorkelling. Si la belleza exterior del islote se ve a primera vista, la superficie marina no tiene nada que envidiar: arrecifes, corales e infinidad de especies animales multicoloridas.
Con suerte se pueden ver hasta ballenas jorobadas, quienes suelen frecuentar la zona durante los primeros meses del año, entre enero y marzo.