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conquista el paraíso

punta cana es uno de los destinos turísticos más visitados del mundo.

y todo el que lo visita, quiere repetir.

de TODO Y
PARA TODOS


Este rincón caribeño te ofrece multitud de posibilidades para que tu estancia en la isla sea inolvidable. Y todo ello en un entorno idílico: arena blanca, agua cristalina y la brisa del mar.

Salimos desde Madrid con rumbo a la República Dominicana.

Atrás quedan días de preparativos, coladas, maletas y compras de última hora antes de partir nuestro viaje. Nos quedan más de 8 horas de vuelo por delante, las que aprovecharemos para leer, ver la última serie estrenada en Netflix, hacer algún que otro pasatiempos y dormir algo para no llegar tan cansados.

Una vez que hemos cruzado el charco y desembarcamos en el Aeropuerto de Punta Cana, nos dirigimos a por nuestras maletas. Está abarrotado de gente, hemos perdido de vista completamente la noción del tiempo y el bullicio nos indica que estamos ante la puerta de entrada principal al país. Caemos en la cuenta de la diferencia tan grande que hay con el clima tropical: humedad y calor a partes iguales.

Aunque también pasaremos tiempo tomando el sol en la playa mientras nos refrescamos a base de daikiris, hemos venido a disfrutar de la parte más aventurera y divertida de la isla. A priori, estamos convencidos de cumplir con todo aquello que hemos planeado. 

La cámara de fotos está cargada. ¡Allá vamos!

 

Cayo Levantado

El primer día fuimos a visitar un islote de poco más de un kilómetro de extensión, un lugar de sobra conocido para los turistas. Cayo Levantado te recibe con aguas turquesas y playas de arena fina, mientras que en sus adentros la vegetación se torna muy densa, más propia del Amazonas.

Las condiciones lo permiten, así que vamos a aprovechar el tiempo que tenemos para conocer la fauna marina de la zona. Sin pensarlo dos veces echamos mano a nuestras gafas y tubo para respirar, nos lanzamos al agua y comenzar con el snorkelling. Si la belleza exterior del islote se ve a primera vista, la superficie marina no tiene nada que envidiar: arrecifes, corales e infinidad de especies animales multicoloridas.  

Con suerte se pueden ver hasta ballenas jorobadas, quienes suelen frecuentar la zona durante los primeros meses del año, entre enero y marzo.

 

Kitesurf

Encantados con la primera aventura de nuestro viaje, la segunda jornada la dedicamos al deporte de la cometa. Buscamos el lugar ideal en el que encontrar buenas rachas de viento para practicar Kitesurf y esto nos llevó a Playa Blanca, en el extremo más al este de Punta Cana y muy cerca del aeropuerto.

Al ser un lugar tranquilo y relajado, es el sitio idóneo donde practicar deportes acuáticos. Además de ver decenas de cometas en el aire, es frecuente ver a gente practicando otro tipo de deportes, como el surf, el kitesurf o el paddle surf.

Algunos de los autóctonos con los que conversamos nos hablaron acerca del Kite Fest, festival de música y playa que se convierte en una gran fiesta, amenizada con trucos increíbles en el agua por parte de surfistas de todo el país.

Gastronomía

Pescados, mariscos y crustáceos. La cocina local en Punta Cana está alejada de cualquier artificio posible, con lo que es muy habitual ver enormes platos cargados de productos del mar y acompañados por féculas, patatas, plátanos, yuca o tapioca.

Ya nos advirtieron que teníamos que tratar de dejar hueco para el postre. No pudimos estar más de acuerdo cuando pedimos uno de esos dulces criollos a base de naranja, coco, leche, ciruela y mango. ¡Qué sabor!

Escapadas

Nuestra admiración hacia los dinosaurios nos llevó a coger un catamarán y viajar hasta el Parque Nacional de Los Haitises. Efectivamente, allí fue donde se grabaron, nada más y nada menos, que algunas escenas de la película Jurassic Park. Es increíble ver cómo están repartidas esas inmensas colinas en medio del mar. 

Después de un par de horas navegando, nos dirigimos a Altos de Chavón o como la conocen localmente «La ciudad de los artistas», la réplica de un pueblo italo-español del siglo XVI con calles adoquinadas y edificios de enormes bloques de piedra. Sin duda, un lugar que aglutina en muy poco espacio diversa tipología de artes manuales, desde estudios de artistas hasta talleres de artesanía: cerámica, moda, diseño y otras manualidades. 

El punto final a nuestro tercer día en Punta Cana lo pusimos con la visita a la Reserva Ecológica «Ojos Indígenas», una extensión de más de 1,500 hectáreas. Existen varios caminos y senderos que te llevarán a adentrarte en una zona boscosa tropical que bordean cenotes y lagunas, en las que poder disfrutar de un espléndido baño. Podrás nadar en la mayoría de ellas rodeado de un paisaje espectacular. Es una zona magnífica para conocer la flora y especies vegetales más oriundas, además de avistar decenas de especies de aves y reptiles.  

Salto de Bayaguana

El segundo plan de ecoturismo lo dedicamos al «Salto Alto de Bayaguana». Lo que más nos impactó al llegar a dicho lugar fue el estruendoso sonido de la naturaleza. Miles de especies se comunicaban con fuerza, y eso nos dejó atónitos.

A una hora y media escasa de Santo Domingo, «Salto Alto de Bayaguana» es un balneario natural rodeado de naturaleza salvaje y que cuenta con tres cascadas, lo que lo hacen un paraje de lo más singular. Un amor a primera vista que, probablemente, durará para toda la vida. Otra razón de peso para dejar de lado las prisas y los quehaceres de nuestro día a día.

Buceo

El primer día haciendo snorkell nos picó el gusanillo de ir un poco más allá en las profundidades marinas. A pesar de que íbamos a pasar el día descansando en Bávaro o Macao, la consecuencia de ese primer día fue dedicar la sexta jornada a bucear en un lugar paradisíaco, como es el cruce de caminos entre el Mar Caribe y el Océano Atlántico.

Las barreras de coral ocupan buena parte del suelo submarino y recrean un paisaje fuera de lo común, tanto de forma como de color. Durante nuestra inmersión, vimos multitud de especies animales como barracudas moteadas, rayas águilas, peces puercoespín, peces de arena, peces roncos o peces loro.

El broche de oro a una intensa jornada de buceo lo puso «El Astron», un barco ruso de 120 metros de eslora que naufragó cuando se dirigía a Cubo. Custodia el fondo marino de la zona desde el año 1978.

 

Ninguno de nosotros tiene dudas, volveríamos a repetir con los ojos cerrados.

 

Solo imagínalo: disfrutar del sol en una playa virgen de lo más íntima, darte un baño en un mar de agua celeste y desconectar de la rutina.

Mucho más que deportes de agua. La diversión está asegurada en la isla, en la que podrás practicar diferentes deportes acuáticos.

¡Hora de comer! ¿Qué tal si probamos la parrillada de langosta gigante del Caribe? ¿O quizás mejor un pescado criollo al ajillo?

En Punta Cana no hay lugar para el aburrimiento. Tienes tantos planes como ganas tengas de divertirte y vivir nuevas aventuras.  

Un enclave natural privilegiado donde disfrutar de cascadas, piscinas y balnearios al aire libre. Solo apto para amantes del ecoturismo.

Aunque es invisible a los ojos, el fondo marino tiene un atractivo único . Sumérgete para recrearte con la flora y fauna marina autóctonas.

Un proyecto de La Razón para