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Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2020 el 93,2 % de la población de entre 16 y 74 años hacía uso de Internet. Esto supone un incremento del 2,5 % con respecto al periodo anterior y una cifra total de 32,8 millones de usuarios. Los servicios más utilizados son la mensajería instantánea, las llamadas o videollamadas, la búsqueda de información, el envío de correos electrónicos y la lectura de noticias.
Internet es un recurso a día de hoy imprescindible para prácticamente todos los perfiles, especialmente en los últimos meses. La pandemia del coronavirus ha acelerado los procesos de transformación digital para adaptarse a las circunstancias y las ventajas de tener una buena conexión se han multiplicado.
Tener acceso a internet en cualquier lugar para continuar con el trabajo o las relaciones personales y familiares es más importante que nunca.
A medida que avanza la despoblación de las zonas más rurales, también aumenta la brecha digital de las personas que las habitan. Conseguir internet de calidad en lugares donde la densidad de población es baja es toda una odisea. No solo no llega la fibra óptica, sino que a veces es difícil acceder a una conexión ADSL o cobertura móvil.
Esto afecta a las personas que viven en estos lugares, pero también a quienes quieren emprender un negocio o trabajar lejos de las grandes urbes. La transformación digital pasa, también, por no dejar a nadie atrás.
Un modelo híbrido de trabajo o totalmente remoto ha demostrado ser una alternativa a la presencialidad. Tanto los trabajadores como las grandes empresas han visto la oportunidad que supone este cambio de paradigma. Para quienes pueden trabajar desde casa, abre la posibilidad de instalarse en cualquier ciudad o municipio, disponer de más flexibilidad y ahorrar tiempo en transportes.
Para las empresas, es la ocasión perfecta para plantearse un cambio de oficinas y ahorrar costes. No obstante, nada de esto es posible sin asegurar una conexión a internet de calidad.
Vivir de alquiler puede suponer un problema en cuanto a la conexión a internet si la casa no cuenta con una instalación de fibra anterior.
Un servicio más libre de conexión supone tener internet en la casa alquilada desde el primer minuto y olvidarse de futuros cambios de línea, por ejemplo.
La posibilidad de teletrabajar puntualmente o de manera más continuada, así como otras situaciones – jubilación, viajes, necesidades familiares – exigen nuevos modelos de acceso a internet y conexiones más libres.
En una sociedad móvil e inmediata como la nuestra, las ataduras de internet no pueden frenar el ritmo de vida de nadie.
Ante este nuevo escenario con múltiples realidades, necesitamos una manera de conectar oportuna, que se adapte a los usuarios y no al revés.
¿Por qué incluir en tu conexión a internet acceso a paquetes de televisión o una línea fija? ¿Por qué depender de una instalación? homespot es el servicio que ofrece romper con estos mandatos. Su propuesta de valor es un internet portátil de alta velocidad en todo el territorio nacional.
Da igual si llega la fibra o el ADSL: homespot propone una mayor libertad de navegación.
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