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“Debemos estar atentos a los cambios en el comportamiento de nuestros hijos”

Recurra-Ginso es un programa diseñado para la atención psicoterapéutica integral de adolescentes con problemas de salud mental y dificultades en la convivencia con sus padres, tanto en régimen ambulatorio como residencial. Tienen la experiencia de más de 10 años atendiendo a adolescentes con graves problemas, así como a sus familias, a las que consideran parte fundamental de la solución. Además, concienciados por la mejora de la sociedad, llevan a cabo programas preventivos como Generación Convive, que tiene por objetivo prevenir el acoso escolar desde la educación en valores y la inteligencia emocional

Han aumentado los trastornos psicológicos en edades muy tempranas, ¿cómo les ha afectado la pandemia y el confinamiento?

La pandemia nos ha afectado a todos; en la mayoría de los casos, de manera negativa. Un cambio tan brusco requiere que nos adaptemos rápido a las nuevas circunstancias. Esta adaptación ha estado llena de pérdidas significativas: de familiares, de amigos, dejar de ir al colegio, etc. Los niños han tenido que dejar de jugar con sus compañeros o hacerlo de una forma mucho más controlada, restringiendo el número de amigos con los que se relacionan. La parte relacional de la infancia, una de las más importantes para el adecuado desarrollo psicológico de la persona, se ha visto muy restringida. Es por ello que han aumentado los casos de depresión y ansiedad en la infancia, así como el trastorno obsesivo-compulsivo, dado por la necesidad de controlar el entorno para evitar los contagios.

Como padres, ¿qué podemos hacer si sospechamos que nuestros hijos pueden tener algún problema? ¿A qué síntomas debemos estar atentos?

Debemos estar atentos a si se han dado cambios significativos en su comportamiento; si tienen más rabietas, si duermen bien, si han perdido o ganado peso, etc. También hay que tener en cuenta los factores escolares y sociales; por ejemplo, un descenso en sus notas, que no tengan ganas de ir al colegio, avisos de los profesores o dejar de salir con sus amigos habituales. Ante una sospecha, hay que hablar con ellos, siempre desde el acercamiento emocional, sin juzgarles, y decirles que estamos preocupados y que queremos ayudarles, pero que para ello necesitamos saber qué les pasa. Si nos vemos incapaces de abordar la problemática que nos plantean, hemos de buscar ayuda psicológica para que un profesional pueda evaluar el caso y recomendar las actuaciones a llevar a cabo.

En Recurra-Ginso sois especialistas en salud mental infanto-juvenil, ¿qué ayudas proporcionáis?

Contamos tanto con dispositivos de carácter ambulatorio como residencial. En ellos, atendemos todo tipo de dificultades relacionadas con la salud mental infanto-juvenil, desde trastornos de conducta, ansiedad, depresión, hasta el abuso de sustancias o trastornos por déficit de atención e hiperactividad. También somos expertos en tratar problemas de convivencia familiar, entre las que se incluye la violencia filio-parental. Cuando la intensidad de la problemática es alta o han fracasado tratamientos previos, es necesario poder intervenir desde un abordaje interdisciplinar residencial. En dicho dispositivo, para su correcto funcionamiento, contamos con los servicios de psicología, psiquiatría, terapeuta ocupacional, educación social, trabajo social, profesores, médico y enfermería, así como servicio de seguridad 24 horas y, por supuesto, servicios generales.

“Acudir al psicólogo es buscar ayuda profesional ante unos problemas que, por sí solos, no se pueden resolver”

La pandemia pasará, pero los trastornos psicológicos han estado siempre ahí. En vuestros 10 años habéis visto muchos casos, ¿qué consejos podrías dar a los padres y a los más jóvenes?

Lo primero que recomendaría, tanto a padres como a jóvenes, es acudir al psicólogo, que no es, ni más ni menos, que buscar ayuda profesional ante unos problemas que, por sí solos, no se pueden resolver. Es muy importante desestigmatizar la idea de acudir al psicólogo. Si los padres o los propios adolescentes detectan cambios en sus comportamientos, emociones, si aparecen problemas de convivencia o de relación con otras personas o simplemente no se encuentran a gusto con cómo van las cosas, es un buen momento para buscar ayuda profesional. Otro aspecto importante cuando hablamos de niños y adolescentes es la implicación de los padres, que en el caso de los más pequeños es fundamental para abordar el tratamiento. Los adolescentes también han de sentir el apoyo de sus padres a la hora de afrontar sus dificultades, siendo este un factor que mejora mucho el pronóstico de la evolución.

Y siguiendo con vuestro 10º aniversario, tenéis en marcha una campaña muy interesante… ¿de qué trata y qué perseguís con ella?

Tras diez años interviniendo con niños, adolescentes y sus familias, queríamos ofrecer a la sociedad lo aprendido durante todo este proceso. Con la campaña ‘Una mente sana empieza en la infancia’ perseguimos, por un lado, dar a conocer a la sociedad los problemas de salud mental infanto-juvenil aportando diversas soluciones y, por otro, concienciar sobre la importancia de cuidar la salud mental desde que somos pequeños, ya que es la mejor prevención para tener una buena salud mental cuando somos adultos. Para ello, hemos creado vídeos, información gráfica, consejos para padres y diversos webinars en los que intentamos explicar los diferentes problemas de salud mental infanto-juvenil que nos encontramos en nuestra práctica diaria, aportando nuestra experiencia y la de grandes expertos nacionales que participan en la misma.

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