Cuando empezó el año, las previsiones apuntaban a una continuidad en positivo del sector inmobiliario, aunque a un ritmo más moderado. Sin embargo, la extensión global del coronavirus interrumpió cualquier pronóstico. Aunque todavía es complicado evaluar las consecuencias económicas que tendrá esta crisis, es probable que sean de una intensidad nunca antes conocida tanto a nivel mundial como nacional.
Las medidas fiscales y monetarias que se han desplegado están teniendo buena acogida. Los principales bancos centrales están actuando con rapidez y contundencia para garantizar la abundancia de liquidez y el acceso favorable al crédito. Se espera que, gracias a estas medidas, las economías comiencen su recuperación en este segundo semestre de 2020 que culmine con un intenso crecimiento en 2021, que podría llegar a situarse por encima del 6% a nivel global.