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Estas mascarillas FFP2 son españolas y están arrasando en farmacias

Estos días se cumple un año del inicio del estado de alarma inducido por la crisis sanitaria de la COVID-19. Más de 365 días en los que nuestro aprendizaje y conocimiento ha aumentado cada día, hasta hoy, que tenemos más luz que nunca.

Sin embargo, la desinformación, la variedad de productos y los cambios en la normativa hacen que muchas veces no tengamos claro cuál es la mejor mascarilla para protegernos frente al coronavirus.

La opción más segura

Las mascarillas FFP2 son aquellas mascarillas blancas que ya estamos acostumbrados a ver en todo tipo de situaciones. 

Su mejora, frente a otro tipo de mascarillas es que, además de proteger a los demás, son las únicas que nos protegen a nosotros mismos. Su nivel de filtración suele estar alrededor del 94% de las partículas más finas (alrededor de 0,6 micrómetros), aunque hay algunas marcas de mascarillas que, incluso, aumentan ese porcentaje de seguridad.

El uso de las FFP2 es obligatorio ya en países como Austria y está recomendado en Francia o Alemania

Además, la aparición de variantes en la cepa del virus mucho más contagiosas ha hecho que las FPP2 se hayan convertido en la opción más válida y segura.

ELEGIR BIEN ES SIEMPRE LO MÁS IMPORTANTE

Desde el pasado 13 de agosto, es obligatorio el uso de mascarillas en nuestro país. Sin embargo, aún hay personas que conviven de forma problemática con todo tipo de mascarillas y que no han encontrado la que mejor se adapta a sus necesidades.

Estos 3 testimonios recogen la experiencia de varias personas trabajadoras que han encontrado una solución segura y eficaz a las dificultades que encontraban con algunas mascarillas del mercado.

“Quiero guardar la máxima seguridad”

Arancha es voluntaria en un hospital. Aunque en su labor, es fácil mantener la distancia de seguridad con sus compañeros y los pacientes y tener una buena ventilación, Arancha se preguntó si estaba haciendo todo lo que está en su mano para protegerse

“Cosas como lavarnos las manos o mantener las distancias han estado claras desde el principio, pero ¿las mascarillas? Muchas personas no tenemos claro cómo escoger las más seguras”, comenta esta voluntaria de 41 años que, aunque vive sola, va a cuidar de su madre los fines de semana: “Es persona de riesgo, así que sobre todo es por ella por quien quiero guardar la máxima seguridad”.

 

Por eso, Arancha hizo su propio estudio de mercado, dejándose asesorar por el personal sanitario del hospital en el que colabora, y comprobó que la mayoría de los expertos en salud le recomendaban una marca española. “Se llama Star Care y están especializados en mascarillas FFP2 y FFP3”, cuenta Arancha. 

“Lo que les hace especiales es que tienen un nivel de filtración de aerosoles de partículas COVID muy alto”, declara. Más concretamente, estas mascarillas ofrecen un 98% de nivel de filtración, frente al 94% de otras mascarillas del mismo tipo. “A mí son las únicas que me dejan tranquila”, concluye Arancha.

“Me cuesta encontrar mascarillas que se adapten a mí”

Cristina trabaja en una tienda por la que, cada día, pasan decenas de personas. En su caso, la protección es esencial y, por ello, las puertas del establecimiento están abiertas y cuentan con varios botes de gel hidroalcohólico, tanto para los empleados de la marca como para los clientes que visitan la tienda. 

“Para mí volver a trabajar fue una bendición y estoy muy agradecida de poder subir cada día la persiana para atender a mis clientes”, explica emocionada. Añade: “Aquí mantenemos todas las medidas de seguridad y las personas que vienen siempre se desinfectan y nos muestran mucho respeto al personal de la tienda, con el aforo, la distancia…”.

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Sin embargo, algo seguía incomodando a Cristina. En su jornada de 8 horas, lo de la mascarilla le resultaba muy molesto. “Soy muy pequeña, mi cabeza también lo es, y me cuesta encontrar mascarillas que se adapten a mi tamaño”, explica. “Todas me quedaban grandes, no se me adaptaban a la cara y acababa tocándolas tanto para colocarla en su sitio que ya no me sentía protegida”.

Cristina lo intentaba todo. Nudos, pinzas, algunos sistemas innovadores que había visto en Internet… y nada le funcionaba. Hasta que un día acudió a su farmacia de siempre y Carlos, su farmacéutico, le recibió con una buena noticia. “Nos han llegado estas mascarillas FFP2 con reguladores para poder ajustarlas a la cabeza”, le dijo. 

Noté la diferencia desde el primer minuto”. La marca, de nuevo, era Star Care, cuyo diseño y materiales, permiten una adaptación perfecta a todo tipo de rostros y tamaños, evitando, de esta manera, las fugas de aire del interior al exterior y viceversa.

“Sentía que me ahogaba”

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Jesús tiene 54 años y es transportista en su propia empresa. Al contrario que en muchos otros sectores, la pandemia ha disparado su actividad y trata de mantener el ritmo y seguir trabajando igual de duro que todos estos meses. “Estamos intentando estar a la altura de las necesidades de la sociedad ahora mismo”, comenta.

Debido a la naturaleza de su trabajo, Jesús trata con multitud de personas a lo largo de su jornada: encargados de almacén, otros transportistas, proveedores, etc. La seguridad, por lo tanto, es fundamental en su día a día, pero a veces le resultaba incompatible con el ejercicio de su actividad. 

Sentía que me ahogaba con las que ofrecían mayor protección”, comenta, “tardaba un buen rato en recuperarme al subir o bajar del camión y acababa llegando tarde. No podía ser”. 

Entonces, de la mano de su hermano, llegó la solución. “Mi hermano Andrés es el típico que siempre encuentra el precio más barato, el vuelo más directo, el coche más completo… Con las mascarillas hizo lo mismo. Encontró en Internet las mejores y me las regaló”. Jesús se refiere a las mascarillas FFP2 de Star Care, con una baja resistencia a la respirabilidad, lo que evita la sensación de falta de aire. “No he probado cosa igual”, dice el transportista, “Una vez más, mi hermano tenía razón”.

No todas las mascarillas FFP2 son iguales

Si algo pone de manifiesto los testimonios de Arancha, Cristina y Jesús, es la importancia de una mascarilla que proteja al mismo tiempo que sea cómoda y no interfiera con nuestro bienestar. Estas 3 personas representan los problemas más habituales cuando tenemos que llevar la mascarilla durante varias horas, ya sea en nuestro tiempo laboral como en el formativo o de ocio. 

Una mala experiencia con la mascarilla puede hacer que la acabemos usando mal o, incluso, que nos la acabemos quitando sin darnos cuenta. Por esto, y para mantener siempre tanto nuestra seguridad como la de los demás, es esencial elegir una buena mascarilla que, además de cuidarnos, se adapte a nosotros y a nuestra comodidad. La mejor mascarilla es la que no se nota.

Star Care: no hay que jugársela con las mascarillas

La compañía española Star Care es proveedora de material de protección de la más alta calidad. Aunque su producto principal son las mascarillas, ofrecen, además otros productos sanitarios de cuidado y prevención que cumplen con todos los estándares oficiales y que han sido testados exhaustivamente por empresas de certificación europeas.

En el caso de su especialidad, las mascarillas de Star Care destacan por:

Una filtración, incluso, superior a la norma

El nivel de filtración de aerosoles de partículas COVID de estas mascarillas es muy superior al exigido por la norma europea de referencia, la EN 149. Por ello, como ya hemos visto con el caso de Arancha, las de Star Care ofrecen una protección de casi el 100% (98%).

Su secreto es que están hechas simulando una tela de araña, en la que las partículas se quedan pegadas en las fibras que componen la mascarilla, dando lugar, así, a la máxima seguridad.

Además, dos de las cinco capas de las FFP2 de Star Care están electrizadas. ¿Qué significa esto? Que sus fibras se convierten en electretos, actuando como un imán que captura hasta 10 veces más partículas que las fibras normales.

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Mascarillas para todo tipo de personas

Las de Star Care son unas mascarillas que se han diseñado para adaptarse a todo tipo de personas. Por una parte, permiten un ajuste total en la cara gracias al clip nasal de alta maleabilidad. Por otro, incluyen reguladores de tamaño que permiten adaptar la mascarilla a cada cabeza, reduciendo las fugas de aire, así como su entrada.

El fin de la sensación de ahogo

Estas FFP2 destacan por su alta respirabilidad. Gracias a su diseño, las mascarillas no se pegan a la cara como las demás, permitiendo así un mayor volumen de aire y evitando así la sensación de ahogo que tienen muchas personas con el uso de este producto.

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Cuidando de nuestra piel

Otro de los problemas más habituales provocados por las mascarillas es que su uso diario a muchas personas suele irritarles la piel. Las mascarillas Star Care están hechas con unos materiales que ofrecen una suavidad total con la piel, evitando rojeces, rozaduras y granitos.

Adonde quiera que vayamos

Las mascarillas Star Care vienen acompañadas de un packaging muy especial

Por un lado, la bolsa reutilizable portamascarillas viene con un cierre zip, que asegura en todo momento la higiene y la protección de la mascarilla mientras no la estamos usando.

Con el indicador de horas de uso, podremos ir apuntando y saber cuánto tiempo llevamos usándola y cuándo llega el momento de cambiarla por una nueva. Las mascarillas tienen una efectividad de unas 8 horas. Si no las usamos seguidas, podemos tener así el seguimiento del estado de nuestra mascarilla con tan solo echar un vistazo.

Además, las mascarillas son personales e intransferibles, por lo que la bolsa incorpora un indicador de propietario, para saber en todo momento quién es el dueño de la mascarilla.

Un fabricante fiable y seguro

Los productos Star Care se caracterizan por llevar a cabo un exhaustivo control en toda su cadena de producción.

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