El Día Mundial de la Alimentación, que se celebra hoy, lleva este año por lema “Dietas saludables para un mundo sin hambre”. Acabar con la desnutrición y el hambre en el mundo es, precisamente, una de las metas principales de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la gran hoja de ruta mundial del desarrollo para los próximos años aprobada por Naciones Unidas (ONU).
El gran reto que afronta la humanidad es cómo producir más alimentos con menos recursos en un contexto de cambio climático. La agricultura, que consume el 70% del agua dulce en el mundo, será uno de los sectores más afectados por las alteraciones climáticas. La superficie de tierras cultivables está en regresión en todo el planeta por la expansión de las ciudades, especialmente en Asia y Latinoamérica, y por la sequía. Se calcula que en 2030 un 47% de la población vivirá en zonas con estrés hídrico (demanda de agua superior a la oferta disponible). Y, sobre todo, cada vez seremos más. Los habitantes de la Tierra aumentarán en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años y alcanzará los 9.700 millones en 2050.