Con esta premisa, la firma suiza dejó el diseño de su nuevo reloj en FIL&FAB, una startup francesa que recupera redes en desuso de los puertos y las recicla para convertirlas en gránulos de poliamida llamados Nylo®.
La parte decorativa se ha realizado íntegramente en Carbonium® (Lavoisier Composites), un material hecho con las mismas fibras que se utilizan para el fuselaje y las alas de los aviones de última generación. Su impacto medioambiental es un 40% menos nocivo que otros compuestos, ya que se aprovechan los restos de piezas de aviones.
El lateral y el fondo de la caja de 44 mm se hizo mezclando estos dos innovadores materiales: 40% Carbonium® (Lavoisier Composites) y 60% Nylo® (FIL&FAB).
Por último, el brazalete está fabricado 100% con redes de pesca recicladas transformadas en hilo por la empresa francesa JTTI.
El reloj se presenta en un estuche hecho a partir de plástico reciclado procedente del mar realizado por Helly Hansen, marca que también colabora en las regatas náuticas.